#YoMeQuedoEnCasa -32

Esta noche he dormido en el sofá con el fondo de las noticias que se repetían cada media hora. Todo más de lo mismo. Las escuchaba sin sentir, menos una de ellas. La referencia a los muertos. Se me encoje el alma cuando al referirse a los 109 fallecidos más que el día anterior, se les señala como un breve repunte. ¡Increíble! Un breve repunte serían uno o dos muertos de más, que si ya es un drama por si mismos, imaginaros lo que supone ese “breve repunte”. Catástrofe es cualquier muerto que se produce en el mundo por este virus que nos ha llegado como un puñetazo en medio de la cara.

No sabéis lo que me duele que los muertos por esta pandemia solo sean una estadística. Dicen que vamos a salir de está más humanizados, pero perdonadme si por el momento no lo veo. El egoísmo sigue reinando en el país de los narcisos. Para ellos solo existe su yo. No se como no revientan de mirarse tanto a si mismos.

Os pido perdón si hoy no me expreso como en otras ocasiones. Mis ojos se sienten libres de derramarse y mi corazón me oprime. ¿Indignación? Tal vez. ¿Tristeza? Mucha.

Este viaje lo emprendí por compartir con vosotros unos sentimientos en común. Contesto a vuestros mails, con alguno he quedado a tomar un café por transmitirle todo mi apoyo y afecto. Con otros he hablado por teléfono tranquilizando su desasosiego. Por eso, porque me siento cercano a vosotros, estoy a vuestro lado si habéis perdido a un ser querido por la Covid19, pero también lo estoy con cada uno de esos hombres y mujeres que han perdido a su padre, a su madre, a su esposa, a su hijo, a un familiar. Ellos no han podido darles un beso de despedida, un abrazo con el que ayudarles a emprender su último viaje. El dolor se ha acomodado en sus corazones despiadado y desgarrador. Un abrazo emocionado para todos. 

En realidad, este post iba a versar sobre otra noticia escuchada esta madrugada, mucho más amable y necesaria. Este lunes se celebra el día del beso. Sabéis que no soy de celebrar esta clase de días, pero me molaba hablaros de los besos, tan precisos en estos momentos. Lo dejaré para otro momento. Hoy mi recuerdo sigue estando con los que han iniciado su partida de este mundo atacados por tan infeccioso virus.

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