Estos días son para muchos un sinfín de sinsentidos por las compulsivas
compras, la comida y bebida en exceso y la necesidad de sentirse feliz. Para mi
son mucho más, pues se renueva en mi interior el mensaje que nos entrego Jesús
al nacer, el mensaje del amor.
¡Sí!, un mensaje de amor que muchos llevan oculto en su interior, temerosos
de encontrar para no sentirse como extraños en la sociedad que habitamos.
He pasado Navidades sin regalos, sin exquisiteces en la comida, sin beber,
con dolientes ausencias pero nunca sin amor. Descúbrelo en ti y sentirás el
verdadero espíritu de la Navidad.
Estas Navidades te pido que lo manifiestes, que se lo entregues a todos
aquellos con los que te cruces, hables o convivas, con todos los hombres y
mujeres que habitan tu mundo, y que lo traslades a todos los días del año para
que siempre sea Navidad. ¡Cuesta tan poco sonreír!.
Pero antes, hazme un favor, comienza por amarte a ti mismo para poder amar
a los demás, para poder comprender y valorar nuestros actos. Abramos las
puertas de nuestro corazón a la alegría, ¡cuesta tan poco ser feliz!.
Este año he montado un árbol con libros. En ellos encontrarás vivencias,
consejos, fantasías, ilusiones, todo aquello que necesitas para vivir tu vida
con plenitud. Recuerda aquella maravillosa frase que decía: Todo, todo, todo
esta en los libros. Encuéntrate en ellos, fieles y serviciales compañeros de
viaje.
¡Feliz Navidad! Bon Nadal!
Se os quiere. Mi mayor deseo es vuestra felicidad.
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