Vivir
una parte de nuestra vida desde lo más recóndito, como un secreto doliente e
inconveniente nos hace sentir en muchas ocasiones al revés. Es entonces cuando
consideramos que somos raros, que vivimos de espaldas al común de la sociedad y
nos preguntamos ¿porqué ha de pasarnos esto a nosotros? ¿porqué no vivir como
los demás?. Hay que enfrentarse a los desafíos de la vida, y más si son tan
evidentes para uno mismo. Cada ser humano tiene un camino preestablecido y el
nuestro estaba en emprender este viaje tan lleno de vivencias y emociones. Un
viaje que nos va formando, configurando en nuestra naturaleza, en nuestro
sentir y pensar por comprender que la vida es un regalo.
No
creáis que nuestras emociones nos hacen viajar erróneamente. Son sencillamente
nuestra existencia. Por ello debemos anular las tendencias negativas cuando
llegan, potenciando nuestra individualidad, la inmensa riqueza de ser uno mismo.
Conocerse es nutrirse de la realidad de nuestro yo. Ello nos hará fuertes para
seguir avanzando sin tener en cuenta las presiones de los otros. Importante es tener
una disposición optimista y valorarnos de forma positiva, ya que nos dará un
talante comunicativo y sociable.
Amar
a una mujer, tener una familia y desear el abrazo de un hombre no nos hace
vivir al revés si lo aceptamos como parte de nuestro ser. Como
dice el prestigioso psiquiatra Luis Rojas Marcos, nuestra capacidad de
adaptación nace, se hace y se aprende.
Nada
mejor que adaptarnos a nuestra propia vida para vivirla sin miedo, con placer y
alegría.
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