Luis Mario ha dejado un comentario en la entrada de ayer que encierra en si mismo el porqué de este blog. Sus palabras significan el anhelo de muchos, entre los que me incluyo. Se alegra de mis entradas diarias, las extrañaba, pero también comprendía mi situación, que comparte. Pero para mi, lo más importante es cuando nuestro amigo escribe: no quiero que perdamos el grupo, ha significado mucho para mi, me permitió entenderme y aceptarme como bisexual.
¡Entenderse y aceptarse! No sabes lo feliz que me haces comunicándonos tus emociones. Me alegro tanto por ti. Eso mismo buscaba yo hace ocho años y medio cuando inicie este blog. Conocerme, entenderme, aceptar mi realidad para poder seguir viviendo con la felicidad perdida. Entonces me sentía vacío, todo se derrumbaba a mi alrededor. Y cuando digo todo, es todo. Perdí un maravilloso trabajo, me sentía culpable de estar con mi mujer, veía en mis amigos infranqueables muros en los que no podía confiar y aunque me sentía atraído por aquel hombre de la playa, miraba a mi alrededor y no veía a ningún otro que me atrajese. ¡Que me estaba pasando!
Aquel encuentro con Paco en las playas del Cabo de Gata me llenó de tanta incertidumbre que busque en chats de las redes sociales la palabra bisexual. Me quedaba hasta entrada la madrugada chateando y buscando respuestas. Abrí un hilo en la página Pajilleros al que llame El baúl de Auguste. Recibí muchos seguidores y unos pocos amigos de verdad. Aún conservo algún buen amigo de aquella época, otros no entendieron mi marcha estando bien con ellos y me borraron de sus contactos. Debí hacerlo, me asfixiaban tantas propuestas de sexo que no buscaba, ya fuese sexo online o en vivo. Para mí fue una liberación que los administradores borrasen, a petición mía, aquella página.
Como seguía buscando respuestas abrí un perfil en Facebook con el que llegué a tener casi cinco mil seguidores. Más de lo mismo, incluso lo que es peor, contacte con muchos casados, o que lo fueron que me anunciaban con seguridad una separación. Curiosamente fueron los abiertamente gays los que más me entendían, apoyaban y me animaban a seguir con mi relación conyugal. Otra vez sucedió lo mismo. Cerré aquel perfil por que me sentí acosado y abrumado. Lo fácil era decir que no a una cita, pero yo no estaba preparado en aquel momento para ello.
Todo aquello duro unos dos años. Una experiencia que me llevó a abrir este blog de viajes emocionales, donde me siento libre, sin mas pretensiones que las de ser yo mismo. Ahora puedo decir que este blog ha sosegado mi alma. He encontrado a hombres en mi misma situación. Hombres que solo buscan encontrarse. Hablar con muchos de vosotros ha sido primordial para ello, me habéis entendido y dado mucho amor. Aunque, no siempre los contactos han sido beneficiosos, pero hasta de los desencuentros he aprendido, y mucho.
Por ello, querido amigo no puedes imaginar el bienestar que me produce el que me enviéis mensajes de este tipo. He dudado muchas veces en dejar sin actividad el blog. Piensas que no llega, que mi experiencia de vida es solo mía y que no es de interés de los otros.
Por eso me motiva que nos trasladéis vuestras experiencias, que viajéis con nosotros en este camino de inquietudes, ganas, secretos y maravillosos encuentros. Porque a Luis Mario no solo le ha sido beneficiosa mi experiencia, también lo ha sido aquella que compartíais a través del blog o le habéis hecho llegar por privado.
Saberse es encontrar el camino. Mira a tu alrededor y busca la felicidad en las pequeñas secuencias que nos da la vida. No te destruyas buscando el todo, agárrate a la esencia. Siempre es la mejor hora para la alegría.
Como esta entrada es muy nuestra, de los viajeros de este blog, he pensado en subir una foto de las que me enviáis, pero como solo he de subir las autorizadas explícitamente por quien las envía, os dejo con esta fotaza del amigo Fede. Es todo morbo y sensualidad. El mismo que se transmite en ocasiones desde aquí, ya que en otras las reflexiones o las indicaciones son necesarias.
No estamos solos. Un abrazo de corazón y alma.
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| Fotografía: Fede |
