Hablamos de nuestro confinamiento con resignación o queja, tan ensimismados en nosotros mismos, que parece que pasamos por alto el número de víctimas que está causando está pandemia. Comparecen como un número más que los medios de comunicación nos acercan todos los días junto al de nuevos infectados y las altas de los enfermos.
Pero no son un número más. Son seres humanos, personas, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, incluso niños, que han partido de forma abrupta. ¡No los olvidemos!, no perdamos la conciencia de lo que significa su muerte.
Los recuerdo día a día, desde el primer caso que se produjo. No solo a los que fallecieron en España, también a los muertos de todo el mundo. Me atormenta el corazón tanto dolor. Debió ser un sufrimiento partir sin estar rodeado de los suyos, y no digamos del desasosiego de los familiares sin poder despedirlos, sin darles un abrazo o un beso con el que mostrarles todo su amor.
¿Imagináis lo que ha de sufrir quien crea que ha contagiado con el beso de la muerte a sus padres o abuelos? No me gustaría estar en su piel. Solo puedo enviarles mi abrazo y pedirles que no se culpabilicen de aquello que no han provocado. Tanta tristeza, desasosiego, desolación, no la olvidaremos mientras vivamos.
Ni en nuestro peor sueño podíamos imaginar una situación como esta. Agradezco a todos los que trabajan en la solución de esta pesadilla poniendo en riesgo su vida. Me encantan los aplausos que les damos todas las tardes a las ocho, aunque echo en falta que España también llore a sus muertos. ¿Alguien ha visto algún lazo negro o una luz por los muertos en las redes sociales? Igual hay, pero yo solo he leído una mención.
Hoy enciendo una luz por todos aquellos que han partido para encontrarse con la luz del alma.
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Se me parte el corazón cada día al oir esas cifras tan impersonales que sin embargo,se refieren a lo mas sagrado del mundo: a las personas.
ResponderEliminarUnas se refieren a personas contagiadas; otras a personas felizmente recuperadas. Y otras a personas que han sucumbido a la enfermedad.
El agradecimiento colectivo diariamente en forma de aplauso a todos los profesionales involucrados en devolver la salud al mayor número de personas posible, y tambien a paliar el sufrimiento y ayudar a vivir sus últimos momentos a personas que partirán definitivamente de este mundo, solos, sin el abrazo de sus familias. Agradecimiento sentido y sincero de la población, para los nuestros, y para todos los demás en cualquier país del mundo, porque en cualquiera de ellos estarán jugándose la vida para salvar la de sus semejantes.
Como tú dices, Germán, apoyo de ánimo a las familias que no pueden siquiera dar el último beso a los suyos. Qué injusta es la vida en muchas ocasiones!.
Mientras tanto, ni un solo lazo negro.
Tristes momentos amigo. Un abrazo.
EliminarAyer me uní a los aplausos por los que luchan por salvar las vidas de los contagiados aún arriesgando sus propias vidas, hoy me sumo a encender una luz por los que definitivamente han abandonado el mundo de los vivos.
ResponderEliminarPara unos y otros toda nuestra fuerza y oraciones.
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