lunes, 26 de febrero de 2018

En el año del perro de tierra



No soy mucho de leer horóscopos, y al menos no me obsesiono con ellos, pero desde que escuche hace unos días que el 16 de febrero comenzaba un nuevo año chino bajo el signo del Perro de Tierra no lo he podido quitar de mi cabeza. Reconozco que me gusta el nombre y lo que significa, pues el perro es un animal leal, entregado y agradecido, y en el horóscopo chino representa la defensa de los derechos, de las minorías, de los más desfavorecidos. La defensa de la amistad por encima de todo.


Una leal amistad que me ha llegado con un claro ejemplo desde Argentina, la del perro Capitán que durante años no se ha movido del lado de la tumba de su dueño, como fiel reflejo de agradecimiento hacía el que le rescato del abandono para cuidarle como parte de sí mismo. Esta noche en el programa de la televisión española Cuarto Milenio, Iker Jiménez ha vuelto a hablar de ello, comunicando que el perro falleció de muerte natural cuando los medios de comunicación dieron la noticia. Su incondicional entrega, su amor, traspasaron fronteras.

¡Ufffs! Cuántas veces hemos pensado en encontrar a ese amigo fiel con el que entregarse totalmente, compartiendo este viaje desde la complicidad y el afecto. Así es como he vuelto a pensar en el año del Perro de Tierra, y he buscado en internet cuál es su significado. He leído que para los chinos este año es el “del sentido común, de las amistades, de la generosidad. Es un año de construir y de revivir los ideales. Un año de especular con las utopías, volverlas a poner en remojo y sacarlas bien ventiladas al sol. Los sueños personales están a flor de piel. Soñar con un mundo más justo. El perro permite lo imposible dentro de lo posible. Avanzar será cosa de no desistir y, sobre todo, de no esconderse”.

Leyendo estas palabras comprendo porque el signo del Perro de Tierra me ha conmovido sin conocer su significado. Permitir lo imposible dentro de lo posible. No desistir. No esconderse. Unas palabras que se hacen en este viaje mucho más certeras, pues si permitimos dentro de todo lo posible que lo imposible tenga cabida en nosotros, nuestra realidad nos hará crecer como seres humanos que somos, libres, sin complejos, llenos de esa dualidad que tanto nos hace ser especiales. No hay que rendirse, no hay que esconderse de nosotros mismos, no hay que desistir en el viaje. El camino nos pertenece, es nuestro camino.


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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente




domingo, 18 de febrero de 2018

Fugaces


Estaba escuchando una canción en YouTube recomendada desde Facebook cuando en el lateral aparecen imágenes de unos cortos de temática gay dirigidos por Roberto Pérez Toledo. No lo he dudado y he pinchado primero obre uno de ellos, y luego sobre otros. Son fascinantes.

Atraen en gran medida porqué son historias tangibles, reales. Con un estilo directo que llega hasta lo más profundo de nuestra forma de entender la vida. Esta vez me quedo con el corto Fugaces. Retrata de manera precisa los últimos momentos de una relación, efímera y apasionada. Un tiempo que todos los que compartimos este viaje conocemos demasiado bien. Si, ya sé que se da en todas las formas de parejas, que igual habían podido ser chico y chica, o dos chicas, ya que retrata crudamente como se entienden las relaciones sexuales en la actualidad, pero a mí me interesa esta en concreto por ser más afín a nuestro viaje. 


Es crudo decirlo, pero todos sabemos que hay encuentros que duran solo eso, un encuentro. Pero en otros, se prolongan y piensas que has encontrado a alguien que te complementa, con el que no pasa el tiempo, al que crees cómplice de tu vida, con el que te dejas llevar hasta lo más profundo, y todo ello, con el temor de que puede ser otro corto en tu vida, de que no lo vas a volver más y con suerte pasará a quedarse como un grato recuerdo en tu memoria.

La distancia marca muchos de esos encuentros. Un viaje, una amistad creada en las redes sociales… Conocemos a amigos con los que nos sentimos extremadamente bien, y nos ilusionamos con una relación aun sabiendo que la distancia lo va a poner difícil, sino imposible.

En otras, al paso de los días te vas dando cuenta que ese hombre al que creías como el más maravilloso de la tierra no lo es tanto, más bien nada, y todo se llena de dudas, resquemores e inseguridades.

Ellos se vuelven fugaces para nosotros, nosotros para ellos. El tiempo se vuelve para ambos fugaz, inalcanzable, recogido, como tomado del limbo.


No dudéis en ver la obra de Roberto López, os va a abrir la mente de grandes verdades.


Enlace - https://www.youtube.com/watch?v=Q0K03cmzIPo 


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REENCUENTRO

Repasando antiguos correos electrónicos intercambiados con un muy buen amigo hace ocho años, he encontrado esta preciosa fotografía que me e...