Despertar del sueño, recordando
los pliegues gustados, es convertir el espacio en más largo. Es como seguir
retozando entre las sábanas mientras te desperezas y sentir en la entrepierna
una erección que saluda a la mañana más colmada.
Tu hombría se relame por dentro,
sintiéndote realmente como un macho con ganas de henchirse dentro del regazo
del hombre soñado. Aquel que desapareció al abrir los ojos dejando un rastro de
semen caliente en tu abierto pecho.
Incorporado en la cama miras con
deseo atrás en el tiempo, recuperando esos momentos en que hacías tuyos a
hombres salidos del blanco lienzo, sumisos a ti, entregados a tu carne sobre la
caliente cama.
Retozaban en ti, mimándote con sus bocas, entregándote sus vacías entrañas. Como un verraco aguantabas hasta estallar en orgiásticos gemidos. Y volvías a estar duro, dispuesto a ganar otro cuerpo, y otro, y otro. Hasta que las fuerzas te derrumbaban sobre sudorosos hombres nacidos en el sacudido sueño para ti.
Retozaban en ti, mimándote con sus bocas, entregándote sus vacías entrañas. Como un verraco aguantabas hasta estallar en orgiásticos gemidos. Y volvías a estar duro, dispuesto a ganar otro cuerpo, y otro, y otro. Hasta que las fuerzas te derrumbaban sobre sudorosos hombres nacidos en el sacudido sueño para ti.
Ahora, de pie, apenas quieres
abrir los ojos a la realidad de la mañana que se muestra en el aire infalible y
certera. Mejor quedarse con los caudales del sueño, aquellos que te abrieron en
blancos placeres en una noche en la que los amantes te anegaron como fantasmas
de meditados anhelos.
Con los ojos cerrados, tus manos
sacuden las raíces del discernimiento para no despertar del nacarado sueño. Al mirar
dentro, todo sigue entre deseos y sumergidos orgasmos.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
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inmediatamente
Son de esos sueños que no mueren al abrir los ojos sino que con sus evocaciones rondan la mente y alcanzan a alterar los sentidos a lo largo del día, alcanzando a evidenciar la urgencia del bajo vientre.
ResponderEliminarDemasiado aprendido lo tenemos, igual habrá que despertarse en realidades.
EliminarUn abrazo.