Hay que ver lo que se ensucia la ropa estando en casa. No sé si es por el cocinar tanto, por comer compulsivamente sin reparar en manchas, o por obsesión en la limpieza. Así que se hace lavar, tender, planchar, guardar la ropa. Y vuelta a empezar ¡Ufffsss! Más parece que queramos ocupar nuestro tiempo en estas tareas que en ser impolutos.
Si hiciese buen tiempo, iríamos desnudos por casa, evitando lavar tanta ropa, aunque seguro que utilizaríamos más toallas y cubre sofás para no ensuciar las tapicerías. Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por el momento seguiremos con nuestros deberes con la casa, que no solo vale ducharse. Tener el hogar limpio te hace sentir mucho mejor.
En seguida toca lavadora de ropa oscura, que ha de quedar limpia para un nuevo uso. Como decían nuestros queridos payasos de la tele “Así lavaba, así, así…”
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Después de unos cuantos días sin librar, con horario de entrada pero sin el de salida, hoy me he quedado en casa, como todos.
ResponderEliminarY yo diría que hoy, Germán, has estado en mi casa y yo no te he visto, ni oido. Porque no me puedo explicar que hayas sabido que esta mañana he estado planchando y guardando la ropa lavada hace unos días. Y cómo has sabido que hoy tocaba lavar la ropa oscura y que todavía está tendida para secarse.
Y que entre una cosa y otra hay que limpiar algunos muebles, suelos, accesorios, porque efectivamente, no todo es ducharse.
Menos mal que siempre queda un hueco, un ratito, para abrir el móvil, llegar a tu página, mirar comentarios del día anterior para unirme a sus magníficos e incondicionales autores que lo único que persiguen es conversar, opinar, ayudarse, apoyarse, aclarar o proponer ideas a cualquiera de los viajeros que lo precisen y que componen esta ruta de grandes hombres en situaciones personales parecidas.
Y hoy llego a esta página, y me encuentro que has estado en casa, has tomado nota de mi actividad en este aislamiento, te has marchado sin que te oyera, y te has puesto a escribir el diario de hoy. Claro está, sobre mi actividad en el día libre.
Hombre, quizás hayamos hecho los dos lo mismo: la misma lavadora, la misma ropa, la misma plancha, la misma ducha... Habrá sido eso. Seguramente.
Ay, Germán, no sabía yo que éramos tan parecidos!!.
(Muchas gracias por tu respuesta de hace dos días. Mi problema, por ahora, no es el covid. Mi gran problema es otro, como ya conoces. Tus palabras e interés me hacen bien. Gracias, amigo. Queda pendiente el mail.).
Un abrazo para todos los viajeros. Henri.
Hola Henri. Dicen que no existen las casualidades. Las personas podemos estar conectados desde la distancia cuando se comparten con fuerza mismas formas de ser. Mucha fuerza para salir adelante de ese gran problema, aunque parezca un recurso fácil, está en tú decisión. Un afectuoso abrazo
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