viernes, 31 de julio de 2020

Adiós julio

Julio se va entre calores profundos y sueños incumplidos. Había puesto tantas esperanzas en sus días de verano que me siento un tanto abatido ante la incertidumbre del mañana. Han sido momentos de reflexión, de examen y abstracción que quemaban como ardientes ascuas.

Momentos en los que uno se pregunta, se cuestiona, se analiza, se desraíza y abandona a la incertidumbre de la historia. Así, entre tanta angustia, nace la paz de la respuesta. Una sola que es más grande que una montaña, que el universo entero y que no vemos cuando no miramos con los ojos del yo soy. Sí, no hay más respuesta que el vivir el hoy, el presente. El ser. Estar con ganas, con pasión, sorbiendo ese rayo de sol que nos hipnotiza, la brisa que nos refresca, la cerveza con el amigo que nos alienta, soñando con lucidez, aunque solo tengamos el cielo como amparo.

El mañana solo existe en cada amanecer, en el presente del instante, en el pensamiento del que no vive. El hoy es el que nos da la fortaleza de la existencia. Quiero vivir sin más, disfrutando de cada uno de mis soplos con la pasión que me da la vida.

Sed felices en cada lapso, que esta pandemia no os quite vuestra esencia. Con mascarilla o sin mascarilla la vida es igual de bella.



 

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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente

 

 

 

 

martes, 28 de julio de 2020

Soñando el mar II

Tal y como me sugirió Marcos, cuyo blog Cuardeno de Recortes os recomiendo por su brillante poética, he adaptado el texto de la última entrada aproximándolo a un poema de verso libre. Espero que no os resulte pretencioso por mi parte hacerlo, y aunque parezca igual, no lo es. ¡Feliz verano de chicharras y soplos de mar!

 

Cantan las chicharras en esta tarde de verano intenso.

Ni las sombras cobijan un soplo de aire fresco.

Cantan, mientras saludo mis sueños de hombre,

mientras se agita la pasión buscando la chispa que mueve mi alma.

 

Sus élitros corean que el mar

se huele a lo lejos,

pero no se siente más que al final del alto horizonte.

Entonces, retornan mis ganas de mar

que se diluyen con el sol en el agua salada.

Recuerdan momentos bellos

en los que me sumergía en sus aguas,

refrescando los sueños,

aquellos que traen besos cobijados en mi hombro, 

suaves y dulces, como el siseo del destino.

 

Esta tarde las chicharras vocalizan esperanza en el ser ahora.

 

 

 

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lunes, 20 de julio de 2020

Soñando el mar


Cantan las chicharras en esta tarde de verano intenso. Ni las sombras cobijan un soplo de aire fresco. Cantan mientras saludo mis sueños de hombre, mientras se agita la pasión buscando la chispa que mueve mi alma.

Sus élitros corean que el mar se huele a lo lejos pero no se siente más que al final del alto horizonte. Entonces retornan mis ganas de mar que se diluyen con el sol en el agua de la piscina salada, recordándome bellos momentos en los que me sumergía en sus aguas refrescándome los sueños, aquellos que te traen cobijado en mi hombro con el rumor del destino.

Esta tarde las chicharras vocalizan esperanza en el ser ahora.


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sábado, 18 de julio de 2020

Manos de vuelta


El viaje ha tenido un paréntesis por retomar la vida que interrumpió el coronavirus. Tres meses y tres semanas después de que se iniciase esta pesadilla pude reencontrarme con mi mujer.

Había muchas ganas, pero también miedo por conocer el equilibrio entre mi reacción y la suya. Han sido tiempos de silencios, soledades y pensamientos que vagaban de un lado al otro, sopesando toda una vida juntos. Al vernos el tiempo pasado se diluyo en el mismo día en el que nos despedimos. Todo volvió a ser como antes, aunque más conscientes de que hay un cambio en nuestras vidas que deseamos nos una aún más en el futuro. No podemos ser los mismos, no debemos serlo, poco habremos aprendido si todo vuelve a ser como era, sin desprendernos de esa pesada carga que encorvaba nuestras almas dejándonos casi sin aliento. Los demás importan, y mucho, pero ahora hay que anteponer nuestros ideales, aunque haya que batallar en mundos que no nos pertenecen.

Hoy he vuelto a casa. Ella no ha podido hacerlo aún. He de volver para traerla al hogar que construimos un día juntos. Han sido unos días maravillosos, con momentos que parecían una prueba. Me quedo con su mano asida a la mía, con los besos de juventud y las conversaciones de la madurez. Pero sobretodo con nuestra despedida, con la que sorbimos la felicidad de nuestro tiempo.

El amor sigue viajando por nuestros cuerpos sellando nuestras almas con el brillo de la vida.




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REENCUENTRO

Repasando antiguos correos electrónicos intercambiados con un muy buen amigo hace ocho años, he encontrado esta preciosa fotografía que me e...