martes, 31 de enero de 2017

Sigo caminando en soledades




Sigo caminando en soledades interiores, fatigada la cabeza sobre las dobladas rodillas. Ni un verdear en el horizonte. Todo silencioso páramo roído por una sombra que no está pegada a mi existencia.

Hay días que a lo lejos, como en un espejismo, vislumbro la mano de un cuerpo que pretende ser mi amigo. Tentadora somnolencia de vida que acaba diluyéndose ante las humanas construcciones de dilaciones, resistencias y quehaceres.

El pedregal muestra atroz la necedad de una inquietud con inquietudes inoportunas, surgidas de emboscadas trazadas por palabras amables desde arriba y desde abajo. 

Flaquean las piernas, la existencia no se sabe, su misterio es que los placeres, cuando se sobrepasan en su medida pasan a llamarse condenas. Condenas de arena infatigable sobre el rostro de un hombre dormido en la playa. 

Queda un amago de esperanza como consuelo al amargo reproche. Algún día ese rostro se mostrará terrenal y libre, proyectando la delicada sombra de su sonrisa en mis reposados ojos.

Sigo caminando  en soledades de intrépidos y frecuentes silencios.

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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente







jueves, 26 de enero de 2017

Esos amigos a los que no se olvida

Estos días llevo dándole vueltas a una sensación que por momentos me abruma. Presumo que nos pasará a casi todos los que compartimos este viaje, o al menos a aquellos que tenemos cierto sentimiento, cierta sensibilidad ante la existencia.

Veréis, en este tiempo de idas y venidas he conocido personalmente o por las redes sociales a gente muy especial, gente que me ha llegado al alma, gente con la que no ha habido una continuidad por cuestiones que no llego en principio a entender, aunque tal vez sea solo por miedo. Son hombres con los que me he sentido complacido caminando por la sierra, tumbado en la orilla de la playa, conduciendo kilómetros por un instante, dejándome acariciar en un sensacional masaje, gozando de un masaje o simplemente hablando por mail.


 Han sido instantes de vida, en los que me he sentido pleno, contento, feliz. Hasta que de repente me llegaba su silencio o su cansancio ante mi silencio, ante mis frecuentes ausencias. No siempre puedo estar disponible, ni para escribir unas palabras en forma de mensaje. Demasiados ojos me miran en mi entorno, incluso los míos son demasiado censores en este lado.

Ellos, quedan en el archivo de mi corazón, modelados por mis manos que les recuerdan en cómplices momentos nunca perdidos.

Y es, que ser casados y compartir parte de nuestro tiempo con otros hombres se hace complicado, a no ser que compartas ciertas actividades deportivas, lúdicas o de amistad, que te acerquen sin levantar recelo en tu entorno.  ¡Ay, quien pudiera vivirlo!.

Esos miedos me han apartado de gente a la que le tengo afecto.  No soy de dejar amigos por el camino, mantengo los mismos desde la infancia y otros muchos que se han ido acercando a lo largo de mi vida. Tal vez por ello me duela no saber nada de esos amigos que optaron por su silencio, por mi silencio, por nuestros miedos. Ellos tendrán también sus razones, calladas, enmudecidas, esforzadas, que valoro y respeto. Mejor si es así, porque incluso me he preguntado alguna vez si les ha sucedido algo grave en lo físico y de ahí su mutis.

Esta tarde leyendo a Séneca vienen de nuevo en instantes de vida. No puede ser de otra forma, en sus escritos observa que el enseñar o compartir una experiencia con alguien nos hace mucho más felices que tenerla para nosotros mismos. ¡Que fría es una vida que no se relaciona, que no busca el calor de una amistad! Cartas a Lucilio.

A todos ellos quería dedicarles mi pensamiento en esta tarde de llamas que no arden por el apretado frío que nutre mi animo.  ¿Volverá el calor de la amistad silenciada?

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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente







REENCUENTRO

Repasando antiguos correos electrónicos intercambiados con un muy buen amigo hace ocho años, he encontrado esta preciosa fotografía que me e...