lunes, 12 de abril de 2021

Segundo lunes de Pascua en Valencia


Esta tarde la ciudad habitaba tibia por el sol, festiva en las calles, las mesas de las terrazas se llenaban de gentes que expuestos como lagartos captaban toda su energía. Con tan buen día apetecía acercarse hasta el mar. Necesitaba sentirle. 

Cerca de sus dunas presentí que el aire soplaba con fuerza hasta formar blancas crestas en sus olas. Solo unos pocos se acercaban hollando la arena con sus duras pisadas. Entre ellos yo, que le susurraba la historia de ninguno. 

Como si no hubiese pasado el tiempo, me miraba, alargando sus dedos de agua para acariciar mis botas infamadas de arena. Medusas y conchas llegaban arrastradas por su fuerza llenando de cadáveres los inertes granos de la playa. 

De pie, sorbiendo el gélido aire, salpicado por las minúsculas gotas de su salada agua me sentí renovado. Sabe que mi camino es más firme, que mi viaje más tranquilo, que vivo nuevos tiempos en los que me siento yo. 

Esta tarde he estado aquí con mi amigo el mar. Siempre en mí y yo con él.



REENCUENTRO

Repasando antiguos correos electrónicos intercambiados con un muy buen amigo hace ocho años, he encontrado esta preciosa fotografía que me e...