Estos días ha vuelto la codicia de dormir. Hace tiempo para hacerlo desnudo, incluso da placidez que la sábana acaricie mezclándose con el cuerpo. Es el refugio en el que calmar los desvanecidos deseos. Durmiendo es donde te sueño desnudo pegado a mi hasta que llega la pasión azotada por las inmensas ganas de tenerte.
Afuera luce el sol y la gente se afana en salir a caminar o hacer deporte buscando las sombras bajo las copas de los árboles. Dentro, la cama unge mi cuerpo cubierto por la luz de la mañana. Me parece que la almohada son tus labios y la funda tu lengua que revela nuestros secretos.
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Me encanta dormir desnudo, siento libertad, y Germán, como siempre sabe traducir lo que podemos sentir en un lenguaje poético, hermoso al comparar sábanas, almohada, funda con lugares placenteros del otro cuerpo que deseamos acompañe nuestra desnudez
ResponderEliminarTu y yo compartimos muchos aspectos de nuestra vida. Un placer hacerlo contigo.
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