He leído hoy en un artículo que la mayoría de hombres bisexuales se definen como mayormente heterosexuales, ya que los viajes al lado gay son más bien esporádicos. Me he quedado perplejo. No es para menos, suena a justificación. Lo mejor sería no poner etiquetas, y más en lo relativo al sexo. Cada uno es como es y no hace falta apodarlo de ninguna manera.
Cuando oigo comentarios de este tipo de hombres duales, lo primero que pienso es que no se aceptan, ya que si lo hiciesen no se justificarían. Si te gustan los hombres y las mujeres, ¡perfecto! Cada uno tiene que decidir el tiempo que pasa con unas o con otros. Hay épocas en que sientes el irremediable deseo de estar con un hombre, en cambio en otros momentos ni piensas en ello. Al menos es lo que me ha pasado a mí.
Por otro lado, está el amor. Amar por encima del género es sencillamente maravilloso. En nuestro caso todo puede surgir. Has conocido a la mujer más increíble del mundo, te enamoras perdidamente de ella, formas una familia y un día encuentras un hombre tan increíble como la mujer de la que te enamoraste, y te enamoras de él. También, al contrario, tengo un amigo que se enamoró de un hombre con el que convivió más de diez años. Un día se cruzó en su vida una mujer de la que se enamoró dejándolo todo para formar una familia con ella. Lo importante es dejar libertad al amor, y no dejarte llevar por cumplir roles con la persona equivocada que te pueden llevar a ser infeliz toda la vida.
Insisto de nuevo en que todo pasa por la aceptación, que no por la exteriorización. Aceptar no quiere decir que vayas por ahí con un cartelito proclamando que te gustan los hombres y las mujeres. Pero te da estabilidad emocional que es muy importante.
Como ya he hablado de este tema en más entradas y para que tengáis otra opinión, os dejo estás palabras de Eva Rodríguez de Luis en su artículo ¿Por qué tan pocos hombres se declaran bisexuales? publicado en la weblog Ambiente G: “El resultado de la negación de la bisexualidad con el objetivo de evitar ridículos, rechazos o sentirse víctimas, tiene como consecuencia un fuerte estrés emocional que afecta al individuo y a las relaciones sentimentales de éste”.
¡Cuánto sabemos nosotros de esto!, lo hemos vivido o lo estamos viviendo en primera persona. Ante una sociedad que juzga y discrimina hemos de tomar medidas si las necesitamos, pero ante nosotros mismos, justificarse solo nos produce daño. No sirve de nada engañarnos, solo acrecienta el dolor. Por ello, ser uno mismo, siempre.
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De acuerdo contigo Germán, los sentimientos, los gustos, los placeres ni se contabilizan ni se etiquetan, como podría yo saber si me gustan las mujeres en un determinado porciento y los hombre en otro porciento. Si nos hemos aceptado así, sabemos que son dos gustos y placeres diferentes, que no están en contradicción, que no se interfieren, que tienen sus momentos y sus características. Pero lamentablemente la sexualidad, algo tan natural e inherente al ser humano ha sido un tema de muchas controversias, donde muchos se han dedicado a escribir, valorar, y pocos a sentir. Nuestra bisexualidad es de cada uno, lo vivimos como dice Germán cada día.
ResponderEliminarAsí es amigo, no creo que se deba valorar a una persona en función de su vida sexual, lo que ocurre es que crea mucho morbo, sobretodo en aquellos que saben que nunca alcanzaran dichos placeres. Un abrazo.
EliminarMuy acertada esta entrada. Mucho ánimo Germán desde Andalucía
ResponderEliminarGracias amigo andaluz, todo un placer tenerte en el viaje. Un abrazo.
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