#YoMeQuedoEnCasa - 5

Desde muy pequeño los libros han formado una parte muy importante de mi vida. En Reyes o por la celebración de mi santo, siempre recibía algún libro. Primero eran cuentos, más tarde textos juveniles, hasta que me apasionaron las biografías de personajes históricos. Era como vivir en la piel de otros.

Hasta que un día me di de alta en la Biblioteca Municipal para sumergirme en la creatividad de grandes autores como Séneca o García Lorca. Ya en la universidad cada semana invertía lo que mis amigos gastaban en tabaco en libros. Aun así, había que administrarse y las librerías de lance o de antigüo o las rebajas de El Corte Inglés nutrieron mi mente de libertad, de nuevas sensaciones, de escritores desconocidos y de historias sin límite de tiempo. Solo me permitía el gusto de comprar un libro nuevo en la Feria del Libro de Valencia, y no eran bet sellers, sino un libro que me recomendaba siempre el mismo librero. Libros que me ayudaron a formarme, a construirme tal como soy.

Estos días de aislamiento quiero recuperar lecturas que formaron parte de mi vida o simplemente sumergirme en otras que esperaban el momento oportuno para que las hiciese mías. Me esperan Adriano, Lucilio, León el Africano y tantos otros con los que me encontré en el camino de mi vida.

Cobijarse en el sillón de lectura, abrir un libro y aspirar el olor que desprenden sus páginas es pura gloria. Me entusiasma tanto como el olor de un hombre recién lavado. Placer de letras que brotan hacía tu piel escribiendo un abrazo de hombres.

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