miércoles, 12 de noviembre de 2025

ENTRE LA QUIETUD Y LA RUPTURA


Fotografía de Aliakbar Nosrati


Estos días de noviembre se acortan en luz y se alargan en pensamiento. Son días que invitan a la calma, pero también a la lucha interior, a ese debate silencioso entre permanecer quieto o romper, de una vez, con aquello que me mantiene en la oscuridad.


Me imagino a mí mismo en un escenario íntimo, con una venda cubriéndome los ojos. Esa venda pesa más de lo que aparenta: simboliza la confusión, el miedo, la duda. Y en mi mente nace el deseo de arrancarla, de liberarme de la ceguera que me impide ver con claridad lo que soy, lo que busco, lo que temo.


Siento el cuerpo tenso, suspendido entre la quietud y el impulso de rebelarse. En mi rostro se dibuja un gesto de anhelo, una necesidad de mirar más allá de lo visible, de ver no solo con los ojos, sino con el alma.


Quisiera quitarme la venda para contemplar la vida de frente, desnuda, sin artificios. Quisiera encontrar la verdad que tal vez siempre ha estado ahí, esperándome pacientemente detrás de mi propia oscuridad.


Hoy me faltan las fuerzas, sí. Pero sé que la luz llega, incluso a quienes la esperamos en silencio.

martes, 14 de octubre de 2025

ABRIR LA PUERTA: EL COMIENZO DE SER UNO MISMO


Vuestros testimonios a mi última entrada, los recibidos por aquí o en mensajes privados de Instagram y Facebook,  me han llegado hondo, quizá porque tocan un sentimiento que muchos compartimos en silencio. Ser bisexual y estar casado, es  como vivir entre esos dos mundos, no es una contradicción, sino una búsqueda constante de equilibrio. No es una historia de indecisión, sino de autenticidad.




Abrir “esa puerta”, como vosotros decis, no es solo una elección sexual: es un acto de conciencia. Es reconocerse múltiple, complejo, cambiante. Es aceptar que dentro de nosotros conviven deseos distintos, afectos que no se anulan, sino que se complementan. A veces pensamos que cerrar esa puerta nos protege, pero en realidad, lo que hacemos es cerrarnos a una parte viva de quienes somos.


Vuestras palabras se unen a las mías, para decir que la plenitud no se alcanza negando lo que sentimos, sino integrándolo. Y que la culpa solo pierde fuerza cuando se enfrenta con nuestra propia verdad. Mantener un matrimonio y, al mismo tiempo, reconocer o anhelar una necesidad afectiva o sexual que no encaja en el molde tradicional, no es una falta de moral: es una manera de ser honesto con uno mismo.


Quizás el verdadero desafío no está en elegir entre dos caminos, sino en aprender a habitarlos con coherencia. En entender que el amor no siempre se ajusta a las categorías que nos enseñaron, y que amar, de verdad, empieza por el coraje de escucharse sin miedo.


Es preciso recordar que amar a los demás exige primero amarse a uno mismo. Tal vez de eso se trate todo, de abrir la puerta, mirarse con ternura, y decidir vivir con autenticidad, aunque eso signifique caminar por sendas que otros no comprendan.


martes, 7 de octubre de 2025

EL ECO DE MI INTERIOR


En uno de mis paseos por la orilla de la playa


Hace unos días estuve en la playa, en lo que quizás fue mi despedida del verano. El lugar estaba casi vacío, sin voces, sin distracciones. Solo el sonido del mar, el aire tibio y mi cuerpo desnudo. Sentí que era un buen momento para meditar, para encontrarme conmigo mismo desde el silencio exterior de mi piel.


Y entonces, en medio de esa calma, me descubrí pensando en ella. En mi mujer. En todo lo que somos y lo que hemos construido juntos. Y desde el corazón, casi sin pensarlo, le dije en silencio: te quiero.

Debo recapitular. Desde hace meses hay algo dentro de mí que no me deja en paz, una voz que me susurra que deje estas redes sociales, que apague el ruido del deseo masculino, que me acerque más a ella, que la mime, que la escuche de verdad. A veces siento que pierdo el tiempo escribiendo en el blog o en Facebook e Instagram, buscando respuestas en palabras que se disuelven entre pantallas … en mensajes de hombres que quieren conocerme buscando algo más que unas palabras escritas, deseando algo más de lo que yo quiero, y por lo tanto, puedo ofrecer.

Y ahí es donde me quiebro, porque me hace pensar. Porque me enfrenta con partes de mí. Sería tan fácil si las cosas fueran claras, si pudiera encajar en una sola palabra, en una sola certeza. Pero no puedo. No soy solo una cosa, ni una versión fija de mí mismo.

Hoy, solo quiero no sentirme culpable por ser quien soy. Quiero seguir amando, sin esconderme tanto de mí mismo. Quiero que ella sepa -aunque nunca lo diga del todo- que mi amor por ella es real, incluso cuando mi alma se llena de dudas.

martes, 30 de septiembre de 2025

EL SOL INVENTADO


Llueve con alerta roja. Dos días de intensas lluvias que se cuelan por los rincones de mi tierra, enturbiando las aguas claras. El cielo se ha vuelto un manto gris interminable, pesado, que arrastra consigo recuerdos y silencios. Hasta las nubes coronan las cercanas montañas con sonidos de golpeadas gotas, como si la lluvia quisiera imponer su propio ritmo sobre la vida.


Tumbado en la cama, enciendo la luz de la mesilla de noche para que parezca que el sol calienta mi buscada piel. Cierro los ojos y me invento un verano que ya no existe, una claridad que hoy no llega. Quedan ganas de sol, de caricias ardientes y deseos anhelados, de sentir el aire tibio rozando la piel como unas manos poderosas y firmes. 


La lluvia insiste, incansable, mientras yo me aferro a la memoria del calor, a la esperanza de que tras las nubes, tarde o temprano, volverá a brillar el sol.





.............
.....................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará



lunes, 22 de septiembre de 2025

NATURALEZA DESBORDADA EN OTOÑO

 



Llegó el otoño con sus días más breves y temperaturas más frescas, con los paisajes a punto de teñirse de ocres y dorados. Y aunque los bosques alfombrados de hojas caídas invitaran a zambullirse en sus texturas, por aquí, aún quedan días en los que exponer la piel a la calidez del sol, a la sensación de libertad. 
 
Mientras tanto, en el hemisferio sur, la primavera despierta con su magia, perfumes y colores que renuevan los sentidos.

Dos estaciones distintas coexistiendo, dos maneras de vivir el paso del tiempo. Ambas nos recuerdan que cada ciclo tiene su propia belleza y que en cada uno podemos encontrar motivos para agradecer y disfrutar.


.............
.....................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

sábado, 20 de septiembre de 2025

CAFÉ DE LAS TENTACIONES



Café de una tarde en la que la calidez del sol enciende fantasías sospechadas. Imaginaciones que son esqueletos esperando vestirse con carnes ardientes, piel que se ofrezca al roce, que invite a explorar sus límites con dedos curiosos y bocas inquietas. 


Por un momento he pensado en ir a la playa nudista y recrear la vista en hombres desnudos, en miradas lascivas y deseos escondidos, quizás codiciando una invitación al placer silenciado. Allí, el aire salado y la luz del sol se vuelven cómplices de las ansias escondidas. 


Otro sorbo de café me invita a seguir trabajando. tecleando palabras coleccionadas en mi memoria, anhelando que el verano aún no se pierda entre las sombras.



.............
.....................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

viernes, 19 de septiembre de 2025

LA ORILLA DEL ATARDECER

 


Las olas lamen la orilla con la paciencia de quien ha aprendido a esperar, y el aire salado aún conserva el calor del día, abrazando la piel como un recuerdo que no quiere irse.


El cuerpo, tendido entre la arena y la espuma, como si buscara fundirse con la misma playa, atrapando momentos intensos ya vividos.


Es un gesto de entrega a la naturaleza, a la existencia del cuerpo. Hay algo sagrado en esa postura: la osadía del que se atreve a sentirlo todo.


A su alrededor, el murmullo del mar y la soledad de la tierra. Para él, el tiempo se ha detenido. En ese momento es sólo piel, sal, luz y el aroma de otro cuerpo en su piel entregada. 


El sol se rinde lentamente al horizonte.



.............
.....................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

jueves, 18 de septiembre de 2025

EL CUERPO EXPUESTO




El cuerpo desnudo, inmóvil, no es aquí un objeto erótico sino un objeto artístico. La luz neutra dibuja con crudeza su anatomía, sin adornos ni disfraces. Frente al espectador, se despliega no la figura de un individuo, sino la idea de la exposición absoluta: sin ropa, sin relato, sin artificios. Sólo piel y presencia.


Frente a él, una sombra observa. La presencia del espectador es tan importante como la del cuerpo exhibido. Entre ambos se crea un espacio cargado de tensión: la mirada que examina y el cuerpo que soporta ser mirado. Esa relación revela vulnerabilidad en ambos lados: en quien se muestra y en quien, al mirar, se expone también.


La escena cuestiona la frontera entre el arte y la vida, entre lo privado y lo público, entre el pudor y la exhibición. ¿Quién está realmente expuesto? ¿El hombre que se muestra o el espectador que, en su mirar, se delata?


La performance se convierte así en un espejo filosófico: mirar un cuerpo desnudo es enfrentarse a la fragilidad y al poder de la propia mirada. En esa tensión late la pregunta por nuestra relación con los otros, con nosotros mismos y con las imágenes que construimos de ambos.


Más que un cuerpo, el hombre es un espejo que devuelve al espectador su propia condición de observador. Nos recuerda que todos somos, en algún momento, la sombra que mira y, en otro, el cuerpo que se expone.


.............
.....................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

miércoles, 17 de septiembre de 2025

DOS MANOS, UNA HISTORIA


Bajo la tenue luz del amor, sobre la sábana blanca, dos manos se buscan y se encuentran. No hay palabras, solo dedos que se entrelazan como raíces, nudillos que se aprietan con la fuerza de un secreto compartido. En ese gesto, vive el pulso de dos vidas latiendo al mismo ritmo.


A su alrededor el mundo deja de existir, pero esas manos permanecen firmes. Son la unión entre dos cuerpos, un lenguaje silencioso que habla de complicidad, de apoyo, de una presencia que sostiene y es sostenida. Allí, en ese contacto, se va escribiendo una historia entera sin pronunciar una sola palabra.




..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

lunes, 15 de septiembre de 2025

DOS AÑOS DESPUÉS


Tras más de dos años de encuentros, correos y conversaciones telefónicas, un amigo viajero me insiste en que cuente su historia, en que ponga en palabras cómo han cambiado las cosas para él.


Está casado con la mujer que quiere y es padre de dos hijos maravillosos. Vive en el interior del país y trabaja como gerente de una empresa que exporta la mayor parte de su producción. Ese trabajo le obliga a viajar con frecuencia, a recorrer aeropuertos, hoteles y ciudades que apenas conoce por las ventanillas de los taxis. En ese ir y venir también empezó a frecuentar locales de ambiente gay, aunque según cuenta, solo como espectador.

Durante mucho tiempo, esas noches en hoteles eran solo eso: silencios, trabajo y televisión encendida para no sentirse solo. Pero poco a poco comenzó a rondarle una inquietud que no podía ignorar: se sentía atraído por los hombres. No era algo nuevo, pero en la rutina familiar había logrado esconderlo bajo capas de obligaciones y rutinas. Lejos de casa, en ese espacio suspendido que son los viajes, su propia verdad comenzó a pedir salir.

Al principio fue sobre todo confusión, aunque nunca llegó a sentir miedo. Entraba en locales de ambiente gay o en saunas sin atreverse a nada; miraba, escuchaba, sentía la contradicción de sus deseos. Se preguntaba qué le estaba pasando, si era solo una fase en su vida. Buscaba respuestas en internet hasta que un día encontró este blog y se vio reflejado en los distintos posts. No era solo morboso ni sensacionalista: hablaba con calma y respeto de sentimientos y experiencias. Se sintió comprendido y, sin pensarlo mucho, escribió un correo contando sus vivencias. Así empezó una relación de amistad y confidencialidad que permanece hasta hoy.

Un día me dijo que iba a pasar por Valencia, que le gustaría conocerme. Quedamos una calurosa tarde de julio en una terraza del centro. Tomamos una cerveza fría y hablamos de aceptación, de la necesidad de experimentar para aclarar sentimientos, de nuestra bisexualidad y de tantas cosas que nos inquietaban a los dos. Por primera vez sintió que no estaba solo en nuestra dualidad de hombres casados. Nos despedimos con un abrazo, con la sensación de que volveríamos a vernos.



Dos meses más tarde me dijo que su trabajo le traía de nuevo a Valencia. Desayunamos juntos, paseamos por el centro y le animé a ir a la playa nudista para romper tabúes. “Nunca he hecho algo así”, confesó, con el corazón acelerado. Pero aquel día, impulsado por la confianza, aceptó.

Al llegar, el viento olía a sal y a libertad. Se quitó el bañador lentamente, con vergüenza. Le temblaban las manos y miraba de soslayo. Sin embargo, al sentir el sol y el agua en su piel sin barreras, algo dentro de él se aflojó. Sonrió con la cabeza alta. Me dijo que era la primera vez en mucho tiempo que se sentía en paz consigo mismo.

Pasamos un día maravilloso y bien entrada la tarde nos despedimos con otro abrazo. No hubo nada más, aunque ambos sabíamos que había tensión y sentimientos en juego.

Aquella experiencia le marcó tanto que al día siguiente, antes de volver a su ciudad, volvió solo a la playa, sintiéndose libre de mirar y ser mirado.

Al regresar a casa se permitió experimentar sentimientos y reconocerlos sin vergüenza. Sin prisas, con tiempo, hasta que conoció a otro hombre casado con el que mantiene una relación estable y abierta, lo que le ha permitido conocer a otros hombres y entenderse mejor. Sigue queriendo a su familia, cuidando su matrimonio, pero también cuidándose a sí mismo.

No ha sido un camino fácil. Hemos aprendido -él y yo- que la identidad no es un punto fijo, sino un trayecto; que se puede querer y ser honesto a la vez; que los miedos, si se enfrentan con respeto, se transforman en libertad interior.

La semana pasada comentamos como ha cambiado su vida en estos dos años desde aquel primer correo y, como al mirar atrás, ve un camino lleno de dudas, aprendizajes y valentía. 

Dice que ha dejado de sentir vergüenza por lo que es, que sigue aprendiendo. No tiene todas las respuestas ni sabe que le deparará el futuro. Pero sabe algo importante: ya no vive escondido en sus sentimientos.



..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

domingo, 14 de septiembre de 2025

MI VIAJE INTERIOR HACIA LA ACEPTACIÓN

 

Cuando empecé este blog no tenía claro hasta dónde llegaría ni si alguien querría leerme. Lo único que sabía es que necesitaba poner en palabras un sentimiento que se había despertado dentro de mí: mi bisexualidad.


Me enamoré, me casé… y veinte años más tarde, en una playa nudista, descubrí sensaciones nuevas cuando otro hombre me tocó. Durante más de tres años pensé que se trataba de una fase transitoria, de confusión, o que simplemente debía ignorarlo. Internet me dio mucha información, pero también estuvo a punto de acabar conmigo y con mi matrimonio. Cada vez que intentaba alejarme de esas inquietudes recién descubiertas, esa parte de mí volvía con más fuerza. Era como llevar dos vidas en una sola piel: la que se ve y la que se calla.


Aceptar mi bisexualidad no fue un momento concreto, sino un proceso lento en el que me ayudaron este blog y un perfil en Facebook. Con vuestros mensajes y largas charlas, poco a poco dejé de sentirme solo y empecé a normalizar mi vida. Ya no me veía como un vicioso, sino como un hombre con sentimientos diversos. Ya no sentía que tuviera que elegir entre ser fiel a mi matrimonio y ser fiel a mí mismo.


No ha sido fácil. Aún hay días de dudas y miedo, como ayer, y otros de alivio y gratitud. Pero cada paso que doy hacia la honestidad conmigo mismo me hace sentir más ligero. Sigo aprendiendo, sigo construyendo mi vida, pero ya no desde la vergüenza, sino desde la aceptación.


Muchos de vosotros estáis pasando o habéis pasado por algo parecido; si lees estas palabras, recuerda que no estás solo. No hay un camino único ni una receta mágica. Cada historia es distinta. Pero compartir lo que sentimos puede ser un primer paso hacia la libertad interior.


Gracias por viajar conmigo. Me encantaría conocer tu experiencia o tus dudas. Puedes dejarme un mensaje más abajo o escribirme en privado. Entre todos podemos hacer que este camino sea menos solitario.




..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

sábado, 13 de septiembre de 2025

VISIBILIZACIÓN SILENCIOSA


El artículo del que os hablaba ayer me ha llevado a reflexionar sobre la visibilización actual de un hombre casado. Si no recuerdo mal, ya hemos hablado en otras ocasiones de ello con otros términos, pero la expresión “visibilización silenciosa” me ha tocado especialmente.


En una sociedad heteronormativa, sin duda muchos creerán que se trata de una estrategia para encubrir lo que se entiende como un vicio. En cambio, yo lo siento como un modo de sostenerme a mí mismo: reconocer en privado lo que el mundo me niega mayoritariamente en público, y darle espacio a mi verdad sin que necesariamente todos la vean.


No voy a negar que emocionalmente se sufre. Por un lado, está el amor real hacia la pareja, la familia, la vida construida. Por otro, la necesidad de no borrar una parte de uno mismo: la atracción y sensibilidad hacia más de un género. No es un conflicto simple, por lo que es trascendental aprender a convivir con todas las identidades.


Ayuda encontrar lugares como este o algunas redes sociales donde poder hablar con libertad, confiar en el otro y sentir un espacio seguro para ser. A mí me ha ayudado mucho hablar sobre la culpa de sentir que se oculta algo, sobre el miedo al juicio o a la pérdida, pero también sobre el orgullo silencioso de seguir sosteniendo la propia identidad sin renunciar a ella.


Todas las mañanas me digo: Existo tal cual soy, incluso si el mundo no lo ve. Es un camino de reconciliación interna, de integrar todas las partes de nuestra historia. Es mi visibilización silenciosa.





..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

miércoles, 10 de septiembre de 2025

REINTERPRETANDO GRANDES FIGURAS DEL PASADO


Acabo de leer un interesante artículo de César Wonenburger, Homosexuales Cervantes, Shakespeare y hasta el hijo del gallego Ramón Estévez. Comienza muy duro, hablando de la represión de los homosexuales en países africanos. También dice que en nuestro país en ciertas profesiones: “si no eres homosexual, ya casi puedes ir preparándote aquel hatillo con el que el personaje de Charlot solía partir, al final de sus aventuras cinematográficas, hacia insospechados parajes…”


El autor habla de que una dura pugna cultural parece librarse hoy por ver qué autor o artista se descubre como desconocido homosexual. Esta observación refleja un fenómeno de nuestro tiempo: la necesidad de reinterpretar a las grandes figuras del pasado desde claves de diversidad y de visibilización de lo que antes se silenciaba.


Por lo visto, en la película que Alejandro Amenábar ha dirigido sobre Cervantes, El cautivo,  hay un encuentro homoerótico entre el escritor y otro hombre. Todo indica que esta escena no tiene respaldo documental, pero funciona como recurso dramático y simbólico. Amenábar propone una mirada contemporánea sobre Cervantes, del mismo modo que otros estudiosos han revisado los sonetos de Shakespeare para plantear posibles afectos homoeróticos. Más que certezas históricas, estas lecturas y recreaciones muestran cómo la cultura actual utiliza el arte y la biografía para abrir debates sobre identidad, deseo y poder.


Miguel de Cervantes en un grabado del siglo XIX


Así, tanto en la crítica como en el cine, Cervantes y Shakespeare se convierten en espejos donde se proyectan las inquietudes del presente: no solo la genialidad literaria, sino también la diversidad afectiva que, de un modo u otro, siempre ha formado parte de la experiencia humana.


Habrá que ir a ver la película a partir de este viernes, indudablemente no por esta escena, sino por la magia que impregna el director a sus films, por su capacidad para convertir episodios del pasado en relatos vivos y sugerentes, aunque rechazo que se inventen sentimientos de hombres del pasado para justificar los sentimientos de hombres del presente.



El artículo sigue adentrándose en las relaciones de personajes y actores contemporáneos de forma seductora. César, el autor, me ha hecho reflexionar descubriéndome una realidad oculta.



..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

lunes, 8 de septiembre de 2025

LIBERTAD BAJO EL SOL


Estos días he disfrutado de unos días de vacaciones en unas espectaculares playas de un conocido parque natural de España.


El entorno es un auténtico paraíso: aguas cristalinas, acantilados que parecen proteger la intimidad del visitante y senderos que invitan a perderse en la naturaleza. Allí conviven playas textiles con otras nudistas, y como era de esperar, pasé gran parte del tiempo disfrutando del mar y del sol completamente desnudo. Nadé, caminé por la orilla, descansé en la arena y hasta me animé a practicar senderismo nudista para llegar a unas calas escondidas que parecían secretas.




Desde el primer momento sentí la intensidad de esa libertad. Disfruté tanto de mi desnudez como de la de los demás, dejándome llevar por ese juego silencioso de observar y ser observado. Sí, me descubrí mirando cuerpos de hombre y de mujer, y también noté cómo otros ojos se posaban sobre mí, en un juego de miradas que oscilaba entre la picardía y el morbo natural de la situación


Recuerdo a un tipo con un cuerpo imponente, rapado, de apariencia hetero. Cada vez que pasaba junto a mí silbaba, mientras me lanzaba una mirada de reojo cargada de insinuación. Notaba su provocación, esa forma de ponerme a prueba como si quisiera ver hasta dónde me atrevería a responder.


Una chica joven, de silueta perfecta, recogió del agua una pluma de gaviota justo antes de llegar a mi altura. Se la colocó en el pelo con un gesto coqueto y, mirándome, estalló en una risa luminosa que parecía invitarme a algo más.


También estaba aquel treintañero guapo, con un cuerpo demasiado atractivo como para pasarlo por alto. Me observaba desde lejos mientras caminaba por la orilla. Al llegar frente a mí, se detuvo, entró unos pasos al mar y, girando lentamente la cabeza, me clavó la mirada. Su gesto tenía tanto de desafío como de deseo. Yo me mantuve impasible, y él, tras unos segundos de tensión cargados de magnetismo, retomó su paseo como si nada hubiera pasado.


Lo curioso es que todo esto ocurría mientras estaba con mi mujer, lo que convertía la experiencia en un juego aún más intenso, una mezcla de placer, voyeurismo y provocación que me recorría por dentro.


Y hubo más. Muchos más momentos en los que sentía cómo los ojos se paseaban por mi cuerpo desnudo, algunos con descarada provocación. Hombres que, al cruzarse conmigo en mis paseos por la orilla de la playa, se acariciaban con descaro el sexo, como si quisieran ofrecerme una invitación silenciosa. A veces me dejaba llevar, disfrutando de la excitación de esas escenas; otras me mantenía distante, solo alimentándome del morbo de la situación.




Pero lo más poderoso de todo fue la sensación de libertad: caminar desnudo, dejar que el sol acariciara cada rincón de mi piel, sentir la brisa marina, el agua y la arena sin barreras, meditar en lo alto de un escarpado… todo ello me permitió reflexionar, relajarme y reconectar conmigo mismo y con el paisaje. En realidad, fue una integración absoluta con la naturaleza, una experiencia de desnudez no solo física, sino también mental.


Maravilloso verano del 25.


sábado, 30 de agosto de 2025

VERANO EN PAREJA

 


Seguimos de verano con reuniones familiares y vida en pareja. Aún no ha habido tiempo de playa y miradas indiscretas. Poco tiempo por aquí y mucho para socializar por allí.


Seguimos viajando desde el silencio. 


..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

martes, 1 de julio de 2025

TANTRA: RITUAL DE PRESENCIA


Los que me seguís sois conocedores de mi agrado por los masajes, y de forma especial por el tantra. Siempre que puedo quedo para un masaje en un gabinete de Valencia.


Esta mañana, ya tarde, crucé la sala de meditación dirigiendo mis pasos a la sala de masaje. No era la primera vez que la cruzaba. Me gusta la calma que se respira, su silencio envolvente, y una atmósfera que invita a dejar fuera el tiempo, las prisas, los pensamientos.


En aquel centro de terapias siempre me siento seguro, tal vez por esa complicidad que se ha ido tejiendo con el masajista en cada encuentro anterior. Con él me siento cómodo, seguro, pero sobre todo abierto a nuevas sensaciones. Cada masaje es único, no hay dos iguales. Nuestro cuerpo habla y él sabe escuchar lo que necesita.


Tras un pequeño panel de madera prensada, todo estaba dispuesto. El tatami nos esperaba. Como siempre, alargó un pareo hasta mí. Me desnude tranquilamente, sin prisas, como saboreando cada instante. El hizo lo propio detrás de aquel ajustado paraban. 


Elegí una de las tres esencias que me ofreció, respirando con fuerza su agradable aroma. Según mi elección, había que armonizar el cielo y la tierra: el primer y el séptimo chakra



Imagen generada por ChatGPT

Comenzamos de pie, respirando juntos. Sentía cómo algo dentro de mí comenzaba a despertar, como si mi cuerpo recordara una forma más pura de estar presente. Ya no necesitaba tiempo para soltarme; su cercanía me sostenía. Cada inhalación creaba un puente entre nosotros. Sentía cómo su energía me rodeaba, me acompañaba sin invadirme. Nos conocemos en ese lenguaje sin voz.


Con cada respiración, la distancia entre nosotros se diluía. No en lo físico, sino en lo energético. Y entonces, con naturalidad, me quitó el pareo. Luego, él se despojó del suyo también. No hubo pudor ni tensión, solo un tránsito suave hacia algo más profundo.


Las respiraciones con la boca siguieron con más profundidad, llenándome de tanta energía que mi pene se puso bien erecto, llegando a disfrutar de un orgasmo sin eyacular, tan profundo que me temblaban las manos y las piernas. Era la primera vez que me ocurría.


Tuve que beber agua antes de tumbarme boca abajo. No era solo un masaje; era una danza silenciosa entre piel y energía. Nuestras respiraciones sincronizadas crearon una sensación de conexión difícil de describir. Cada movimiento de sus fuertes manos me llenaba de más energía. Cada respiración con la boca nutría mi cuerpo. No había palabras, solo fluía la energía.




Al girarme, ya frente a frente, la desnudez no pesaba. Era neutra, casi sagrada. Sus manos seguían tocando no solo músculos y piel, sino algo más sutil: la energía que fluye bajo todo eso. Y yo, mientras tanto, flotaba entre sensaciones, en una especie de expansión interior. Pero no era sexualidad lo que flotaba en el ambiente, sino una ternura masculina, antigua y sabia; una experiencia compartida desde el respeto, la sensibilidad y la entrega.


Terminamos en silencio. No porque no hubiera nada que decir, sino porque todo ya se había dicho con el cuerpo, con la respiración, con la atención de su masaje tántrico.


Una refrescante ducha abría mi cuerpo, recordando tan bellos momentos. Al vestirme de nuevo, me sentí muy lleno. No solo de energía, sino de algo más sutil: confianza, gratitud y esa paz que solo nace cuando uno ha sido verdaderamente tocado sin máscaras.


Como cada vez que salgo por la puerta, ya estoy deseando volver, aunque lo mejor es saborear por un tiempo lo vivido hoy.


..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará






domingo, 29 de junio de 2025

ANSIADO ENCUENTRO


Por un momento, se quedaron frente a frente sin hablar. Había tensión en el espacio de sus rostros, también un poco de miedo, de indecisión.


Uno dio el primer paso. La mano busco la nuca del otro. Un tirón suave. El beso no fue tímido. Fue directo, con hambre contenida. Lenguas que se buscan, que se reconocen después de horas de hablar en la distancia.




El tacto vino después, con urgente desesperación. Dedos deslizándose por torsos, espaldas, costillas. La piel ardía. Se empujaban uno contra el otro, pecho con pecho, caderas marcando el ritmo que todavía no empezaba. Los pantalones cayeron al suelo con torpeza. No importaba el orden, ni la estética. Solo el contacto de la anhelada piel, de los erizados vellos que enaltecían el ánimo.


Cuando se tocaron por completo, sin ropa de por medio, hubo un breve instante de pausa. Como si ambos entendieran que lo que venía no era solo placer: era entrega. Uno tomó al otro por la cintura, lo besó lento esta vez, profundo. Sus cuerpos se adaptaban, se alineaban, como piezas siempre encajadas.


Las manos no pedían permiso: rodeaban, exploraban, apretaban. Uno se arrodilló con ganas. El otro jadeó con amor. Los gemidos eran bajos, respirados, íntimos. No había vergüenza, solo deseo puro. Las bocas envolvían, exploraban, marcaban con saliva y calor. No solo por dar placer, sino por habitar ese anhelado cuerpo con la boca.


Después, se tumbaron. Uno sobre el otro con las piernas entrelazadas y las respiraciones desacompasadas. Los gritos eran ahogados en el cuello. Los dedos se clavaban en la espalda. Hasta que una mano se entrelazó con otra. Era el momento exacto en que el deseo y el afecto se involucran en el amor.


Y cuando llegó el final, se quedaron quietos, exhaustos, con sudor en la frente y temblores en los muslos. No dijeron nada de inmediato. Después de tanta intensidad, el silencio es lo único que cabe.


Solo después, una caricia suave, con la dulzura de la mirada. Y una pregunta susurrada cruzó el aire: ¿Estás bien? Un silencio contesto con la inmediatez del sosiego. Los cuerpos aún temblaban, pero ahora por algo más que placer: por haber sido vistos, tocados, querido cada uno por el otro.




.............
.....................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

viernes, 27 de junio de 2025

EXPUESTO




Este cuerpo no es un objeto. Es un hombre que ha elegido mostrarse. Ha elegido ser, en un mundo que constantemente intenta decirle lo que debe ser.

Está tendido, pero no sometido. No se entrega al ojo que lo observa. Lo confronta.

Su desnudez no es ausencia de ropa, es presencia, mirada tras mirada, gesto tras gesto.

Cuando miras, el expuesto no es solo él: también lo es quienes lo miramos. Porque ese rostro nos devuelve la mirada y pregunta: ¿Quién eres cuando miras? ¿Ves a otro, o te ves a ti mismo proyectado en mi?

En ese silencio compartido, el cuerpo se vuelve espejo de conciencia. Nos recuerda lo absurdo de buscar sentido en un universo indiferente y, sin embargo, nos impulsa a seguir buscándolo.

Ahí reside la libertad: en mostrarse sin garantías, en estar desnudo frente al mundo y aún así decir: No soy nada. Pero puedo llegar a serlo todo.

..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará


jueves, 26 de junio de 2025

SEMIENTERRADOS EN LA ARENA


Mis pies semienterrados en la arena, quietos, como si el cuerpo que los sostiene hubiese decidido detenerse para siempre.


La arena los abraza tibia, como queriendo ocultarlos sin prisa.


El sol cae a plomo, y la brisa del mar apenas los roza, pero no los mueve.


Parecen parte del paisaje, más que de una persona: una estatua viva, en pausa, entre la orilla y el recuerdo.


No se sabe si esperan avanzar, hundirse del todo, o simplemente descansar del tiempo que corroe.




martes, 24 de junio de 2025

¿ACTIVO O PASIVO?



Este fin de semana un amigo comentaba una de mis entradas, señalando las etiquetas que imperan en el ámbito gay, y entre ellas la eterna pregunta de si se es pasivo o activo. De sus palabras se deduce que le molestan las etiquetas, y entre ellas, estas dos.


Tampoco me gustan las etiquetas, y cuando las utilizo es por evitar malentendidos. En el principio de este viaje no entendía esta clasificación, pero me sentía más cómodo señalándome como activo, y aunque sigo considerándome activo, cada vez estoy más abierto a explorar otras formas de placer de hombres. ¿Por qué? Porque creo que las etiquetas y los miedos nos hacen perder el contacto con todo aquello que nos hace vibrar de felicidad. 





También he aprendido que esa clasificación ayuda a evitar malentendidos, que luego pueden provocar momentos complicados e incluso abusos. En realidad, para los que solo buscan un encuentro de sexo rápido, es muy aclarador, saber que van a encontrarse.


Un amigo me contó que estando de viaje en otro país, quedo con un hombre. Se gustaron, pero al expresar sus gusto sexuales, comprobaron que los dos son activos, formando un momento muy embarazoso, hasta el punto que el otro busco a un amigo pasivo para que tuviese sexo con mi amigo. Estaba pasando un mal momento personal y no le apetecía para nada cambiar su rol, aunque fuese por una vez. Curiosamente no hubo penetración. No se buscaba.




A mi amigo ni se le pasó por la cabeza ser el pasivo, es más, tampoco buscaba una penetración. En aquellos momentos lo asociaba con dolor y sumisión. Con el tiempo cambio sus ideas al conocer a un hombre cariñoso y afectuoso, y hoy en día se siente identificado como disfrutón. Negarse a la vida no tiene sentido, pero si que hay que negarse a la violencia sexual, a aquellos que achantan a los demás para imponer sus deseos pese a la negativa de los otros. A aquellos que te someten hasta anularte, a esa etiqueta hay que decirle ¡NO!


Hay que decirle ¡SI! a la libertad de ser.

..................................................................

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará

ENTRE LA QUIETUD Y LA RUPTURA

Fotografía de Aliakbar Nosrati Estos días de noviembre se acortan en luz y se alargan en pensamiento. Son días que invitan a la calma, pero ...