No ha sido un sueño, ni una ilusión. Se ha dado la magia de la vida y el paraíso me ha hecho feliz. Libre para sentir, para ser, para amar, para creer en mí.
No dejes pasar los bellos momentos, saboréalos desde el corazón con toda la paz que nace del alma. Hoy lo he hecho abriendo de nuevo los brazos a la vida. ¡Quiérete!
Me hacen falta esos buenos momentos, Germán. Buenas tardes desde mí y tu querido Madrid, despues de tanto tiempo sin pasarme por tu blog ni saludarte. Espero que me recibas tan bien como lo hiciste en el pasado. Vuelvo a leerte y a seguir conociéndote, ambas cosas son todo un placer. Mira!, quizás éste sea uno de esos buenos momentos que tanto necesito, para "abrir los brazos a la vida". Un saludo y un abrazo de los mas grandes para tí, querido amigo. Tambien mis abrazos para los compañeros que con sus reflexiones enriquecen, si cabe, aún mas este espacio. Enrique.
ResponderEliminarHola Enrique, no dudes en ir a por esos buenos momentos, si no llegan, provócalos, son los que nos dan la vida. No hace falta nadie más que uno mismo para vivirlos. A la playa voy solo, me proponen acompañarme, pero prefiero ir en compañía de mi yo interior para nutrirme del momento.
ResponderEliminarMe alegra volver saber de ti, no cierres los brazos. Abraza y vive. Un fuerte abrazo.
También a mí me gusta encontrarme a mí solo en muchas situaciones y sitios, celebrando la vida, mi vida y sobretodo desde hace un año y un mes.
ResponderEliminarUn fuerte y sincero abrazo de piel.
Me alegro por ese doble cumpleaños, sigue queriéndote y disfrutando de maravillosos paseos por el agua. Un abrazo
Eliminar