En el amanecer de este primer domingo del mes quinto del año de la renovación, también llamado mes de las flores o mes de mayo, saludo al sol que me da la vida. Al que ilumina los árboles, las montañas y los cielos, al que entra por la ventana dando calidez a mi piel.
Saludo al sol que vibra en el alma. Al que esparce luz sobre tu rostro, al que se convierte en sonrisa cuando me miras.
Saludo al sol que me hace amar. Al que da energía al corazón, al que me hace revolotear por los horizontes de tus líneas.
Saludo al sol en esta primavera soñada, anhelada, amada, ansiada, ya no desbordada en ganas y deseos, sino en la realidad de querer ser.
Ya no hay sitio para decir me gustaría ser, para decir deseo ser, solo queda espacio para afirmaciones, es el poder del querer.
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