Hace unos días leí en la revista LGTBI Shangay un artículo sobre la repercusión de la pandemia y del confinamiento en los humanos. Me resonó cuando decía: “A pesar de todo esto, es normal que en algunos momentos nos sintamos cansados o nos fallen las fuerzas. El agotamiento implacable que nos ha causado una situación como la que estamos viviendo por el coronavirus no se alivia solo con descanso o el sueño, es un estado de cansancio casi constante que reduce nuestra energía, motivación y concentración”
Es fácil sentirse con menos energía de lo habitual. Es factible sentirse con apatía, desgana o perder las ganas de escribir. Son efectos colaterales de la terrible pandemia que nos tiene el ritmo cambiado. Solo queda luchar como podamos para que nos afecte lo menos posible. Cuidaros. Cuidémonos. Abrazos
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Me sorprende día tras día su voluntad para escribir. Enhorabuena.
ResponderEliminar:)
Me gusta escribir, cuando lo hago es un buen síntoma de que todo va bien. Hacerlo todos los días fue un compromiso con todos por el estado de alarma que se decretó en España. Quedan aún un par de semanas, y luego ya se verá. Abrazos Raúl.
EliminarAmigo Raúl, tienes razón, es admirable como Germán no ha dejado de escribir ni un día en estos ya largos días de situación de emergencia, en que permanece en casa, nunca ha dejado de darnos la alegría de poder encontrarnos a diario los viajeros de su nave, nunca ha dejado de transmitirnos sus sentimientos, su ánimo, de darnos esperanza y alegría para continuar viviendo. Tampoco ha dejado de propiciarnos momentos para dar riendas sueltas a nuestros deseos de placeres que viven en nuestro secreto de bisexualidad y que tan importante son para todos los que así sentimos. Un abrazo para ti Raul, para todos los amigos de la nave, especial para Germán, Gracias
ResponderEliminarGracias por tus palabras Luís Mario, sigo a vuestro lado, a mi lado. Un abrazo.
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