En España estamos en la semana de los santos barbudos, la que el imaginario popular llama la más fría del año. Espero que sea cierto el refranero y pase pronto este tiempo que nos enfría hasta las pestañas. Porque este invierno está siendo más crudo que los pasados, utilizando de nuevo bufandas y gorros de lana.
Hay que abrigarse bien si quieres salir de casa, así que he decidido quedarme evocando los días de verano en los que era una delicia caminar desnudo por solitarios senderos con la caricia del sol coloreando mi piel.
Aunque en ocasiones no eran tan solitarios, pues una vez me lleve una sorpresa al cruzarme con un hombre en el sendero. Fue el día de esta foto, para mi sorpresa saludé de lo más natural y seguí mi camino. En otro momento me hubiese tapado de inmediato invadido por la vergüenza. Vamos avanzando en una normalización de aquello que nos gusta.
Traigo esta añoranza del verano porque acabo de recibir desde el cono sur unas fotos disfrutando de la playa. Maravilloso que podáis hacerlo, hay que aprovechar los buenos momentos de la vida.
Los que estamos en invierno disfrutaremos del fuego de la chimenea o de retozar bajo una cálida manta. Sed felices.
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