Hay muchas ganas de tumbarme en la orilla del mar y que las olas mojen mi cuerpo desnudo. Tantas!, que parece que las aparten de mi. Un día por el trabajo, otro por las tormentas, otro por las nubes que cubren el sol, otro porque no es conveniente ir en las horas centrales... Este año parece que me quieren proteger del ardiente sol.
No sé si lo habéis notado pero la luz solar tiene como un aspecto de foto quemada. Poco se dice de la actividad solar, con fuertes tormentas solares que afectan a nuestra vida más de lo que podríamos imaginar. Son más contundentes que hace años.
Cuando vayamos a la playa, a pasear desnudos por la montaña o nadar en una poza, habrá que protegerse mucho más que en años anteriores. Nuestra piel y nuestra salud lo agradecerá.
Espero encontrar una mañana en la que pueda disfrutar de un sol que nace en la línea del mar, tumbarme en la rompiente y dejar que mi mente encuentre el espíritu del agua.
Espero que pronto puedas disfrutar del sol y del mar con precaución, como bien dices, en toda tu piel. En mi zona, al sol y al mar hay que tenerles mucho respeto, pero con mimo y cariño son maravillosos amigos con los que compartir la intimidad y el placer de lo natural.
ResponderEliminarEste año hay más ganas que otras veces, en cambio no se dan las circunstancias. Habrá que aceptarlo como positivo. Por algo será, un abrazo amigo.
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