miércoles, 22 de febrero de 2023

ACOSO

Se hace difícil escribir sobre lo que me sucedió el sábado en la tarde noche. Hasta ese momento me habían pasado centenares de situaciones que en la actualidad se reconocen como Acoso y que yo entendía cómo colegeo entre amigos, a las que no les daba mayor importancia. Sobre todo, tenían lugar cuando el otro llevaba unas cuantas copas y se desinhibía más de la cuenta. En esos momentos veía de lo más normal que me tocaran el paquete, me rozasen el culo, o pusieran una mano sobre la espalda. En realidad se dan mucho en el fútbol, por lo que para mi eran cosas de amigos, una forma de demostrar la amistad entre colegas. ¡Qué equivocado estaba!




Desde que descubrí mi otro lado, aprendí que esas situaciones buscaban algo más, incluso escondían los verdaderos sentimientos de quienes las ejecutaban, y no me refiero a los futbolistas, aunque puedan serlo. En este nuevo periodo de mi vida, me molestaba que metiesen una mano en el bolsillo de mi pantalón para tocarme el paquete, o que a la hora de pedir una copa se pusieran detrás apretando sus genitales a mi culo. Ya no era una excusa el alcohol. Así que solo bastaba una mirada inquisitorial para que el retroceso fuese inmediato.


Soy de los que creen en el respeto hacía el otro, y que, con un ¡No! o una mirada negativa, se termina el tema. Ha ocurrido en playas, fiestas y otros saraos. Lo que no entiendo es porque me pasa si no busco nada, si no me insinúo, si no le echo mano a nadie. Bueno, miento, una vez me dijo un amigo al que le dije “que haces” cuando echo mano a mi paquete, que quería saber si lo que marcaba era real. Pero ahí, es lo que hay y no se puede hacer nada con los pantalones tan marcados que llevamos.


No me ocurre tan solo con hombres, también con mujeres. Parece ser que hay mucha sequía por el mundo. Sin ir más lejos, en el mismo sábado de carnaval una morena guapetona me dijo que un hombre tan atractivo como yo seguro que era muy ardiente. A buen entendedor pocas palabras bastan.


Ese sábado de carnaval fuimos a comer con un grupo de amigas de mi mujer y sus maridos. Cuando nos presentaron, hubo uno que puso enseguida una cerveza en mi mano. A la hora de sentarnos, estaba lejos de donde estaba yo. Con las copas se fue a la barra junto a otros, y al poco vino a invitarme a unirme a ellos. Y ahí comenzó una situación que se tornó en desagradable y violenta. Sin duda su intención era que me pusiera demasiado contento.


Cada uno pagaba una ronda de copas, llegamos a cinco después de una buena comida en la que bebí lo mínimo. No os asustéis, aunque no suelo beber, aguanto bien el alcohol, además me gustan muy flojitos, con poca ginebra, así que en ningún momento perdí la noción de la realidad. Este tipo, no puedo llamarle ni conocido,  se puso a hablar conmigo de temas intrascendentes. Estaríamos por la segunda cuando noto que su mano roza mi pierna, un rato más tarde, roza mi espalda. En un principio creí que era por la aglomeración de gente, pero desperté cuando me dice que se ha alegrado de conocerme y que si necesito alguna cosa de él que no dude en decírselo, cualquier cosa insiste, y no de temas laborales, familiares o de bricolage. Y añade: “ya me entiendes”. Pues no entendía nada, o tal vez no quería entender. No se me ocurrió decir otra cosa que voy bien servido de todo.


Llegaron otras rondas y su mano tocaba cada vez más mi cuerpo. Ya empezaba a molestarme, pero callaba porque nuestras mujeres estaban muy cerca y no quería meterle en un lío. Seguía pensando que era por el alcohol. Hasta que de repente corta la conversación que teníamos y me dice que tiene un amigo al que le encantaría conocerme, que lo pasaríamos muy bien los tres juntos. Rápidamente, contesto que no sé de qué me habla, y que no necesito conocer a nadie y que no me van los hombres, acto seguido mete su mano por la cinturilla del pantalón para tocarme el culo. ¡Joder! que no me hacía ni caso, parecía estar sordo, o mejor dicho, hacerse el sordo. Asi que se la quité de un manotazo y me marché de allí. Mi mujer y otro amigo al verme contrariado me siguieron.


Ya alejados les dije que necesitaba aire. Nuestro amigo me comenta que no sabe cómo aguante tanto, que él se dio cuenta de todo. Comentamos lo que paso intentando sonreír para que nadie más se diera cuenta. Lo curioso que mi mujer, que no se había dado cuenta de nada, nos dijo a los dos que ni una palabra a nadie, que la gente es muy dada a hablar y que mejor no hacer caso. 


Ya en casa, hablamos lo mínimo del tema. Me hizo prometer que ni una palabra a ninguno de nuestros amigos, para que no le señalaran. Y yo me pregunto, ¿a quién de los dos?


Esa noche no pude dormir, no entendía por qué ante mis negativas, a mis cambios de temas de conversación, él insistía una y otra vez. Hasta me sentí culpable al sentirse interesado en mí. Es la primera vez que me he sentido acosado, humillado, hostigado, sucio. Lo peor es que no lo he olvidado, que sigue haciéndome daño, porque de lo contrario esa sensación de repulsa que produjo su mano dentro de mi pantalón no hubiese vuelto, aunque fuese tan solo por un segundo en la soledad de mi coche.


Las lágrimas brotaron al sentirme culpable por no cortarle antes, por no irme de allí al primer roce, por no decirle antes basta. Culpable por ser como soy, por vivir desde el silencio mi dualidad. Culpable por no considerarme adecuado para la gran mujer con la que comparto mi vida. Culpable por entenderle, por saber que es difícil encontrar buenos amigos duales. Culpable por aguantar aquella situación que no me excitaba, sino que me causaba repulsa. Culpable por ser. 


ISTOCK


Por suerte, aún no sé cómo, escuche vuestras voces y vinieron compartidas palabras que me abrieron a la luz. Cada día se aprende, y yo he aprendido que no todo vale, que el aprieto, si lo hay, es suyo, no mío, que el acosador fue él.


Gracias por acompañarme en este viaje de sensaciones, de maravillosas escaladas y descensos no deseados. 


¡Somos!


-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente


7 comentarios:

  1. Querido amigo hay gente muy empalagosa y tenemos que saber decir basta cuando nos molestan, un no es un no y ya esta, no me va esa marcha y basta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es amigo, el problema vino cuando no entendio ese NO, hasta en tres ocasiones. Un abrazo

      Eliminar
  2. Cuánto siento tu experiencia de la que no eres por asomo ni causante ni culpable. Que existan personas, hombres o mujeres, que adopten esas formas es más que lamentable y diría que delictivo. Tengo que decir que nadie debe forzar las relaciones usando alcohol, posición de fuerza, posible amistad o lo que sea. Entiendo tu dolor y tu tristeza, pero tú vales más que ese tipo de persona y sentir como sentimos nos hace mejores y no nos en absoluto cómplices de esas situaciones. Sigue adelante amigo, nosotros té acompañamos por el camino. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. No eres culpable de NADA. Se suele decir que todos los hombres son heteros hasta la tercera cerveza/cubata, aunque en este caso no se trata de si lo fuera o no lo fuera, desde el primer momento se ve que no es el caso, si no que la cuestión es el acoso clarísimo y tu rechazo desde el primer momento. Y ahí donde me descoloca un poco la posición de tu mujer de ocultar y por ende proteger al acosador. ¿Y si lo hace con otras gentes más débiles o vulnerables?. Este tipo de gente se crece ...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu apoyo Perro, la posición de mi mujer no creo que sea lo de ocultar lo que hizo aquel tipo, de hecho se indignó, creo que a quien quiere ayudar es a mi, no destapando hechos que puedan destapar a su vez mis sentimientos y me hagan daño. Estoy segura que actuó como protectora, ella conoce mi dualidad. Un abrazo grande.

      Eliminar
  4. Germán, te envío un afectuoso abrazo. No te sientas culpable, estas situaciones bloquean y esos acosadores bien lo saben, pasan la vida bloqueando al más débil hasta conseguir su objetivo. Intenta pensar en lo bien que nos haces al abrirte y ayudarnos a nosotros, tus compañeros de viaje, tus amigos... intenta ir mirando esa situación, como fue, un mal día ... para olvidar...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desnudarse emocionalmente es más difícil que hacerlo fisicamente, lo hago por compartir sentimientos y situaciones que todos vivimos de una u otra forma. Gracias amigo. Un abrazo.

      Eliminar

Gracias por compartir este viaje

SOLO PARA TUS OJOS

Para que nadie se quede sin vistas completas, y ante el comentario de Tony, estos momentos van por vosotros y en especial por el amigo itali...