No puedo mirar de frente sin abrigar la
idea de tenerte. No puedo mirar el espejo que me refleja sin esperarte. No
puedo por mucho que mis ojos pidan verte. Solo me vería a mi mismo encabezando
historias sin consumir.
Apacible con una mano apoyada en el
espejo miro sin encontrarte, hasta que la ansiedad desciende para jactarse de
mi con su burlona risa y sus ojos llenos
de farsante conformidad.
Es verdad que te presiento, que te anuncio
en mis entrañas, pero se que no llegarás en este otoño que pronto se acabará en
el solsticio más frío y más cálido a la vez.
Esperaré hasta que tu rumor inunde mis
ojos de doradas luces.
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Saliendome totalmente de contexto diré: que pelillos más bien puestos tiene el caballero de la foto, se me han puesto los colmillos largos como al coyote del correcaminos jeje...perdón, es que tenía que decirlo.
ResponderEliminarOtro abrazo y gracias por tanta poesía en mi lunes por la mañana. ( por la poesía y por los pelillos ;-) )
A mi también me lo parece, por eso se merecía palabras bellas o al menos salidas del corazón. Me alegro que te guste.
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