Tumbados desnudos sobre el tejado
construimos un futuro compartido. Manos unidas en la abundancia de nuestro
equilibrio, pegadas, asidas, cogidas entre los dedos con fuerza, para que no
caiga al suelo ni una gota de nuestro afecto.
Compartimos techumbre con una sonrisa y
la paz de dar sin esperar nada más a cambio. No buscamos la mitad de nadie,
porque somos hombres completos, que unidos se cumplen el uno en el otro. La
grandeza de nuestras miradas es que vivimos en armonía creando nuestro entorno
sobre ondulantes espacios.
Esta mañana de cubiertas al cielo
ilusionamos nuestros cuerpos con una caricia, estremeciendo los labios con
caliente miel y el signo del laurel, como dos jóvenes atletas victoriosos ante
los reveses del tiempo.
No pedimos nada a las divinidades amadas,
solo nos dejamos llevar por la piel que busca la piel para coronarse con la
plenitud de la existencia. En realidad somos dos hombres que florecen sobre el
ardiente techo del mundo.
Tumbados sobre el tejado, con labrada
desnudez, aspiramos la vida eternizando el momento.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
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Si me tumbo yo así hoy en el tejado con el lunes que nos ha salido, acabo en urgencias en cosa de media hora, jaja...naaa, en serio, es un texto muy bonito y muy descriptivo de esos momentos que, como dices al final, uno quisiera que no acabaran nunca...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Jajajaja... es lo que tiene no vivir en tierras más calientes, aunque por aquí tampoco es conveniente ponerse así.
EliminarUn abrazo amigo.