Mirando el mar, un dedo de respiración acaricio la soñolienta espalda, estremeciendo mis entrañas.
Sonrisas, juegos y correrías dejaron nuestras huellas en la playa.
Espejismos de unos pasos que me seguían sobre la arena.
Pasos libres, solitarios, sin arengas. Tan solitarios que ya no sé si eran tuyos, míos o del anhelo de tenerte enredado en mi piel.
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Sabes que me inspira esta entrada? Soledad, desesperanza, tristeza
ResponderEliminar... y anhelos de tener un amigo con el que compartir mis pasos sobre la arena
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