Esta semana he tenido más tiempo
de entrar en las redes sociales. Así que me he dejado llevar por conversar,
mirar, subir, pensar, o desvanecerme en torpes sueños. En uno de esos sitios,
una pregunta y una fotografía en perfiles de amigos cibernéticos, me han hecho
reflexionar sobre un mismo parecer, los sentimientos de un hombre casado.
La primera de ellas fue la
fotografía que subió un buen amigo venezolano. Una imagen hermosa, ardiente,
terrenal con su canto de vida. En la foto se ve su bello torso y sus fuertes brazos.
En una de sus manos un corazón rojo. La foto está hecha en la soledad de un
destino, en la oscuridad de la noche, cuando los pensamientos eternizan
emociones. Cuando la vi, presentí que encierra todo un mensaje. Un mensaje que
solo le pertenece a él, que le hace grande al guardarlo en su interior como un
camino de su tiempo.
Sin
duda, a cada uno nos ha de transmitir un mensaje. Unos se asemejaran a la realidad del protagonista, otros
verán sus propios placeres, los más hablaran de sus oscuridades o luces, los
menos de lo que en realidad sienten. A mi me transmitió un mensaje de bonanza,
de rubores en las mejillas y deseos de femenina piel. Esa fotografía, sin
dudar, también abrió mi interior, el de un corazón entregado a la mujer que
amo. Lo irremediable me hizo reflexionar, pensar en mi situación de hombre
casado que quiere a una mujer con toda su bella admiración, pero que se llena de
vez en cuando de triste soledad anhelante de abrazar a un hombre. En mi caso el
amor, el sentimiento está bien definido, o al menos en este momento.
Al cabo de dos días, un amigo
mejicano de esa misma red social preguntaba si volveríamos a casarnos con una
mujer. Mi respuesta fue clara. ¡Sí! volvería a hacerlo sin dudarlo. En todo
caso, renunciaría a este lado, ya que soy mucho más feliz cuando estoy junto a
mi esposa. Para ser sincero, me sorprendieron las respuestas que leí, pues a
pesar de todo lo que se sube y se comenta en el grupo de ese sitio, abundaron los
que volverían a casarse. Solo unos pocos dijeron que el amor hacía ellas se
había ido diluyendo, aunque preferían seguir casados. La mayoría decía que las
siguen amando, aunque sientan atracción momentánea por hombres. En este grupo
queda patente que preferimos no romper nuestro matrimonio por estar junto a un
hombre, que por encima del sexo, se valora el amor a nuestras esposas.
En realidad, lo que aprecio, es
que una vez más el sentimiento del amor se estima más que el sexo con un
hombre, o al menos se diferencian con claridad. Uno y otro nos cumplen, pero no
siempre tienen porque caminar juntos. Complicado es sin duda el sentir de un
hombre casado sexual.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
Es que vuestro caso, el de los hombres casados bisexuales, es bastante particular. Entiendo, en medida gracias al tiempo que llevo leyéndote, como te sientes y que valores por encima de todo el amor hacia tu mujer, antes que el sexo esporádico con algún hombre al que quizá no podrías llegar a amar de la misma manera. La foto con la que ilustras la entrada encierra varios mensajes, como casi todas las que ponemos en este mundo blogger. Un saludo, Germán ;)
ResponderEliminarEste post lo he escrito pensando en los hombres casados sexuales. Cada uno vive una circunstancia que no se debe generalizar. En mi caso, es verdad que no me quiero arriesgar por sexo esporádico, aunque no sé que haría si encontrase a alguien con el que estuviese muy a gusto. Es difícil poner vallas al campo.
EliminarUn abrazo Marcos.
Me ha gustado mucho este artículo, es totalmente mi situacion y lo que yo siento,normalmente la gente no lo entiende , yo volveria a casarme con mi esposa, pero de vez en cuando echo mucho de menos ese amigo especial que es mas que amigo
ResponderEliminarGracias Vicent por tus palabras. Siempre he deseado tener un amigo intimo, pero después de mis experiencias de vida, ya no estoy tan seguro. Será maravilloso si no se interfiere en la relación familiar de cada uno, pero también puede darse que uno pida más al otro de lo que pueda dar y estalle el conflicto. Lo mejor es dejar que todo fluya, y que la vida nos lleve a ser nosotros mismos.
EliminarSaludos
Estoy deacuerdo con vicent2711, siento lo mismo, pero también digo que entre el amigo "especial" y uno mismo se deben poner unas reglas, límites que no se deben sobrepasar por el bien de los dos y tener muy claro hasta donde se puede llegat
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