Domingo de café soleado, soledad y un libro en las manos. Cuando el aislamiento es deseado, tanto en casa como paseando en naturaleza, es buen momento para examinar el alma y acallar los miedos que no nos dejan ser libres.
Ese momento hay que vivirlo sin
prisa, sin consistencia o contradicción, abriéndose a nuestras debilidades, a
nuestras fuerzas, al punto en el que somos conscientes que no es el termino, el
final de este viaje en el que somos viajeros de nuestro propio destino.
El viaje continua, es complaciente, habitado,
satisfecho, surcado con líneas de mujer y sueños de abrazos de hombre. Hoy, con
una taza de café colombiano y las bellas palabras de Yasunari Kawabata, me sumerjo
en soledades reclinadas junto a jóvenes pieles calientes, dormidas, sumidas en
la complacencia de la ausencia.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
De estos momentos de soledad no obligada y tranquilidad a veces se saca mucho en limpio espiritualmente hablando...espero que lo aprovechases bien.
ResponderEliminarOtro abrazo más...
Intento hacerlo, estamos en un momento importante para ello, y no lo digo solo por mi. El mundo cambia cada vez más rápido, esencial pues en encontrar el equilibrio interior para no sucumbir con los cambios.
Eliminar