viernes, 16 de octubre de 2015

Tantra a cuatro manos


Un amigo masajista me llamó la semana pasada para comentarme que había incorporado novedades a sus maravillosas y beneficiosas sesiones de masaje tantra. Trabajaría con él un compañero para poder realizar la sesión a cuatro manos. Por mi experiencia en el tantra me pidió que fuese a la primera sesión conjunta para valorar su trabajo. Indudablemente ni lo pensé. Me encantan los masajes, sobre todo el tantra, ya lo he dejado por aquí reflejado en varias entradas, así que acepté encantado con la posibilidad de experimentar nuevas sensaciones. 




El tantra me ayuda a desbloquearme, a revitalizar cada porción de mi ser, potenciar mi energía sexual, descubrir los placeres que encierra mi piel hasta alcanzar el orgasmo interior, que no exterior, aunque a veces se puede dar. Por eso es muy importante acudir a un tantra preparado, pues hay mucho oculto detrás de esta palabra tan mágica y espiritual, ya que muchos anuncios encierran solo sexo carnal con unos ligeros masajes que ocultan la verdadera esencia del tantra.

Quedamos para esta mañana, a primera hora, que es cuando mejor nos podíamos acoplar, en el buen sentido de la palabra, no me seáis malpensados que yo ya lo soy por vosotros. Por delante me esperaban dos horas de un profundo placer.

Al llegar ha habido presentaciones y abrazos. Apenas hemos comentado nada sobre la sesión, mejor ir descubriendo el placer de los sentidos. Pasé a la habitación que actúa como gabinete. Todo estaba preparado. Olía a incienso, potenciado con una luz tenue, decoración apropiada, velas en lugares estratégicos para potenciar el placer de la mirada y del olfato. Me desnudé en soledad anudándome un pareo en la cintura. Cuando estuve listo entraron los dos tántricos ataviados con sendos pareos.

Uno se situó delante de mi, otro por detrás. Abrazos profundos, caricias sensitivas por el rostro, los brazos, la espalda… hasta que desaparecieron los pareos para seguir piel con piel, sin ataduras ni tabúes. La energía vivificadora inundó mi cuerpo, y creo que también el de ellos. Intercambiaron la posición y seguí sintiendo como la energía me inundaba de placer.



Tumbado en el tatami siguió la sesión. Cuatro manos se deslizaban por mi piel activando todos los puntos de placer que encierra, algunos secretamente. Siguió el masaje cuerpo a cuerpo, mejor dicho dos cuerpos entregados a ofrecerme toda la sensualidad que guarda el mío. No voy a contaros como se desarrolló, porque lo mejor es que lo experimentéis. Estaréis en buena manos, percibiendo en vuestra piel el placer de lo natural.

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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente








4 comentarios:

  1. ...como ya dices tú mismo, lo importante es caer en buenas manos, manos profesionales y que sepan a lo que vas y lo que están haciendo. Porque tu y yo ( bueno, para no personalizar tanto mejor diré "fulanito y yo", jaja ) podemos quedar, yo decir "te voy a dar un masaje", me pongo un poco de aceite en las manos, le "masajeo" a mi antojo, nos ponemos como motos y terminamos echando un polvete de vértigo. Y eso está muy bien, pero ahí no hay tantra que valga, jeje.
    Abrazos, guapo.

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    1. Me parece perfecto que personalices en nosotros, así que me apunto, solo tienes que decirme día y hora, jejejejeje

      La realidad es la que tu dices, un masaje tantra debe ser dado por verdaderos conocedores para que encuentres lo sagrado en ti, el sexo es otra cosa. Maravillosos los dos, pero diferentes en la búsqueda del placer.

      Un abrazo.

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  2. donde se puede exerimentar el tantra en valencia.
    Gracias

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