Esta tarde me ha llegado en el trabajo una
fotografía en la que he visto un fiel reflejo de mi vida, y si me permitís, de
nuestras vidas. Como podéis percibir es una escalera de subidas y bajadas,
tanto exteriores como interiores, con diagonales respectivamente
perpendiculares. Lo mismo que nos ocurre a todos aquellos, hombre y mujeres,
que nos sentimos bisexuales.
Nada es más real, ya que unas veces
estamos bien en el exterior y por tanto en nuestro interior, nos sentimos
pletóricos, fuertes, alegres con energía que desbordamos a nuestro alrededor. Pero
también descendemos a los infiernos por dentro y por fuera, provocando
amargura, inquietud y dolor. El sequeral del suelo y las nubes en el cielo
parecen prevenir un futuro incierto, ya que algún día pueden bajarse los
peldaños de nuevo. Al menos se ven claros en el cielo, hierbas y refugios en el
suelo, que vienen a ser como realidades de que todo se puede superar.
Es curioso, pero en estos momentos que
estoy en subida, en que me encuentro feliz con mi vida, el hombre dibujado está
ascendiendo peldaños, que aunque cueste subirlos, siempre es agradable y
placentero, más que bajarlos, que aunque parezca fácil te conduce hasta
frágiles cementerios de sueños y deseos. Una vez más no hay casualidades, sino
más bien causalidades. Es decir, que cuando uno está bien atrae los positivo. Vamos
que estamos ante la relación entre causa y efecto.
En estos años de viaje ha habido de todo.
Tiempos de candente horror y también de caliente deseo. Tiempos de ardiente
abrazo y apasionados momentos. He aprendido a ver desde dentro, a valorar a
quien me mira con tremendo realismo. Mis años pesan en percepciones, por lo que
no vale todo, ni siquiera un tremendo calentón. Así es como he ido subiendo
escalones, conociéndome a mi mismo. Reconozco que en la subida también me han
ayudado las bajadas, que han sido dolorosas, pero de gran ayuda para remontar
el vuelo.
Espero que todos los que me leéis vayáis
subiendo escalones de piedra, madera, cemento, cristal, hierro o tierra, entre otros
muchos materiales, que según como sean será nuestra ascensión, pues cada uno
vivimos nuestras propias circunstancias. Así será de vértigo, áspera, dulce,
segura… pero siempre ascendente, que es lo que nos importa. Que nadie tenga que
volver a bajar los peldaños de su vida. Recordad que estamos aquí muchos para
ayudar a darse la vuelta en mitad de la escalera y volver a subirlos. Que como
dice mi admirado Séneca “Hay muchas cosas que nos aterran, que nos preocupan y
a veces nos preocupa más la opinión que lo que ocurre. No seas desgraciado
antes de tiempo. Algunas cosas que temes como inminentes, quizá nunca lleguen,
en realidad, no han llegado todavía. Algunas cosas nos atormentan más de lo
debido, otras antes de lo debido y otras sin que deban atormentarnos en
absoluto”.
Que el miedo no nos deje subir escalones
de vida. Adelante con la nuestra, que es la más hermosa que podemos vivir, pues
solo tenemos esta.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
No ya solo los que sois bisexuales, Germán, yo creo que en esa foto muchas personas podemos sentirnos reflejados. A fin de cuentas, la vida está llena de subidas y de bajadas por distintos tipos de escaleras que conducen a diferentes lugares y estados de ánimo. ¡Siempre hacia arriba! ;)
ResponderEliminarTienes mucha razón Marcos, a veces nos centramos en nosotros y olvidamos que los demás sienten y viven como iguales. Es nuestro sino.
EliminarEn realidad todos somos seres humanos que debemos subir siempre escaleras, peldaños de vida. Como tu bien dices: ¡Siempre hacía arriba!
A mi tu imagen me ha recordado a esta otra escalera de Escher
ResponderEliminar( http://www.secretosdemadrid.es/wp-content/uploads/2013/09/escher-1.gif )
en la que llega un momento que uno no sabe si está bajando o está subiendo ni tampoco si el camino que está siguiendo le lleva a donde en realidad desea llegar. Yo creo que la vida es justo así y lo que hay que tratar es de disfrutar el paseo, no perder de vista el suelo y tratar de no marearse demasiado cuando lo que era arriba pasa a ser abajo y viceversa :-)
Yo creo que tu lo estás llevando bastante bien...
¡Un abrazo!
No se porqué no he podido ver tu escalera, pero en la que yo he subido siempre hemos de subir. Sé que con amigos como tu, mi camino siempre será ascendente. Gracias por estar a mi lado. Un abrazo desde lo más hondo del corazón.
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