Cuatrocientos años ha que don
Miguel de Cervantes Saavedra fue enterrado en un día como el que hoy nos ocupa
en el convento de las Madres Trinitarias de Madrid. Tan pocos dineros tenía que
solo pudo pagar dos misas por su alma.
Triste final para un hombre al
que se considera el mayor ingenio de las letras españolas. Otro cantar hubiese
venido a suceder si su nacer acaecido fuera en otro país de Europa, que fueron
los ingleses quienes vinieron a ponerle en valor. Esta España nuestra que
pasados los siglos sigue igual de desagradecida con aquellos que le dan lustre
y fama.
No es mi remedio hacer aquí
relato de la vida y obra de tan buen autor, de sobra conocida por todos, o al
menos su nombre de Cervantes es de fama dada en el mundo. Solo es de decir que
no dejemos de leer sus letras en las que se da todo aquello que los
entendimientos necesitan para mayor comprender los hechos que se dan.
He sacado
de su gran obra Don Quijote de la Mancha, estas escrituras que parecen ser
hechas para los que nos asomamos a esta ventana que abierta es por cosas que
parecen no ser de creer:
“En efecto, rematado ya su
juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el
mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su
honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse
por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, y a
ejercitarse en todo aquello que él había leído, que los caballeros andantes se
ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y
peligros, donde acabándolos, cobrase eterno nombre y fama”.
En muchas de las ocasiones
parecemos caballeros andantes en busca de fama, que no es otra que la felicidad
de sentirse en plenitud como hombres. Como don Quijote, vivimos mil y una
aventuras, luchando con gigantes que son los miedos que angustian nuestro ser,
o colocándonos por medio todo tipo de apariencias u obstáculos que no son más
que fruto de nuestro imaginar. Un viaje que como el suyo, no está exento de
peligros, en nuestras manos está como las estuvo en las de Cervantes, que solo
sean fruto de un sentir y no de lo que viene a ser la realidad de nuestra situación.
Si vivís o estáis de paso por la
villa y corte de Madrid, no dejéis de mirar en la Biblioteca Nacional la magna
exposición que sobre su magnifica obra queda a los ojos de quien hasta allí se
desplaza. Yo lo hice, y grato me supo conocer más sobre su persona y sus
libros.
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Ejemplar original en una magnífica presentación. Os dejo el enlace para mayor acceso: http://quijote.bne.es/libro.html Biblioteca Nacional. Madrid |
En el día al que llaman del
libro, queda mi pequeño homenaje al más grande entre los grandes, don Miguel de
Cervantes, autor de El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha y tantas obras que le dieron con
los tiempos el buen nombre que algunos le negaron en sus épocas.
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