Una hoja nadando en la cristalina agua, inundada de sol y vida ha hecho que se presente el anhelo de la confianza despertándome del ensimismamiento que me invadía.
Como veréis, llevo mucho tiempo sin escribir, sin expresar
lo que siento. Hasta noto como si el blog estuviese huérfano, solitario,
triste, sin vida. Y es que hay días que este viaje parece dañarme hasta el
pulso. Según mi médico de cabecera es estrés emocional agudizado por los
cambios en el tiempo estacional. Vamos que con unas vitaminas y aposentándose
el calor entre nosotros, en unos días dice que estoy como nuevo. Parece
conocerme, porque es la misma cantinela de todos los años, pero lo que
desconoce es que ese estrés emocional no es debido al trabajo o a esta crisis
que ha podrido hasta la
tierra. Más bien se debe al ansia por estabilizar mi vida
afectiva, a que este viaje no sea más una montaña rusa de subidas y bajadas
demasiado pronunciadas.
Es como un querer y no poder por las circunstancias que me
envuelven e inflaman. Sé que me entendéis, porque muchos de vosotros viajáis
con mi mismo equipaje.
Sintiéndome hoja que vuela en libertad movida por la brisa
en este buen tiempo, quisiera coger la mochila y practicar
senderismo nudista, pero ¿qué pasa si alguien me ve con un amigo caminando
desnudos los dos y le llega a mi mujer como un rumor de algo más?. Quisiera
compartir una tarde de playa con un amigo que perciba como yo, que ame el
nudismo y se sienta libre. Pero pienso en más de lo mismo. Quisiera tomarme una
cerveza con otro y conversar de nuestras cosas, que son inquietudes, sensaciones, carencias y
ganas, y más de lo mismo. Quisiera que gozasen todos mis sentidos con un masaje
tantra con el que descubrir mi sexualidad más sagrada, y cuando se lo comento a
mi mujer, pone cara de que busco sexo fuera de casa, pues cree que es
querer estar en los brazos de otra mujer.
Menos esto último, pues ella me llena como mujer, lo otro no
serían rumores ni cuchicheos, serían realidades que podrían dañar mi vida, la
que quiero vivir en estos momentos. Por ello hoy estoy alegre, mañana lleno de
desasosiego. Emociones que me acompañan, que creo que me acompañarán siempre.
Eso es lo que me pasa, que cuando llega el verano me da
miedo sentir mi libertad, y la angustia me golpea estallando en mi cabeza. Quisiera
tener un perchero en el cual colgar ese sombrero que no me gusta por pesado y
dañino. Clamo al cielo porque pueda encontrar estabilidad, para que la soñada
felicidad sea mi compañera de viaje.
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inmediatamente
Ir a una playa nudista con alguien no es nada malo, yo he ido con amigos un montón de veces (me refiero a amigos que son sólo amigos, claro).
ResponderEliminarEs cierto que ir a una playa nudista con amigos no tiene nada de malo. Pero como tu bien dices son amigos, no desconocidos o gente que acabas de conocer. Puede que por mi condición de hombre casado le de demasiadas vueltas y que no sea más que un agonías, jajajjajaja... pero es lo que hay.
EliminarLo que si estaría bien es ir un día contigo o con otros amigos del blog, porque para mi vosotros sois amigos.
Estoy con el Driver, ir a una playa nudista y estar con amigos no tiene nada de "malo" ( que lo que se entiende por "malo" tampoco es malo ), creo que el problema iba a estar más en la manera en que lo ibas a entender tú que en como te piensas que lo va a entender el resto.
ResponderEliminarPara mi llega la mejor época del año y de aquí a Septiembre me parece como que todo está lleno de posibilidades y como tú también dices "de libertad"...
No le des muchas vueltas a la cabeza y disfrútalo también tú,¡hombre!
Esta claro que soy yo como casado el que ve trabas en todo. Vamos poco a poco. Es complicado.
EliminarAyer fui y disfrute de la playa nudista, pero en soledad. Este verano, sea solo o acompañado, intentaré disfrutar de algunos lugares naturales maravillosos, y convertir en realidad mis deseos. Si alguien se anima ya sabe.
Germán como siempre tan acertado en tu comentario, tan bien puestas y expresadas la palabras que yo mismo siento, gracias por hacer que no somos solo uno a los que no pasa lo mismo. Un besazo.
ResponderEliminarSer un hombre casado, y querer a tu mujer es lo que tiene, renunciar a ciertas cosas por otras mejores. Pero eso no quiere decir que no las anheles. Si tuviese la certeza de que mi mujer me comprendería no tendría miedo a compartir mi libertad con buenos "amigos". Me alegra verte de nuevo.
EliminarEntiendo tu situación, hace algunos veranos estuve yendo a unas dunas a practicar nudismo, y algo más, con un hombre casado y lo malo de todo ello era que teníamos que ocultarnos e irnos rincones alejados para que nadie pudiera verle, y que precisamente los rumores de los que hablas, no llegaran a su mujer, a la que quería con locura. Disfruta de tus momentos nudistas en soledad y quizá algún día entables una conversación con alguien que se convierta en tu compañero de momentos nudistas, sin que nadie tenga por qué cuchichear nada. Un saludo.
ResponderEliminarEso sería genial. No sé porque pero llegará. Un saludo Mario.
Eliminarseamos amigos? andres.vcm@gmail.com
ResponderEliminarTe envío un mail
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