Hay días en que uno cree vivir en el mundo al revés. Son
esos días en que te sientes extraño por sentir como sientes, por ser ese hombre
plenamente sexual. Esos días en los que miras a tu pareja y te juzgas como un
hombre abominable, ruin, sin sentimientos. Esos días en los que vuelves a
preguntarte ¿porqué a mí?
Son esos días en los que repasas los días, las horas, los
felices minutos y segundos al lado de tu esposa, con tu familia, con tus amigos
y una lágrima escapa por tus ojos. Y vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en que valoras todo lo que tienes, y piensas
que deberías ser honesto y hablar con la boca llena de lo que sientes. En un
segundo caes en la desesperación y, por valorar lo que tienes, mejor hundirte
en el silencio de la
desesperación. Y vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en los que una educación guiada por intereses
humanos te abre en canal para gritarte bien fuerte que eres egoísta y
avaricioso si piensas que vas a vivir en plenitud siendo como eres. Y vuelves a
preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en los que te miras al espejo y tan solo ves
una carne que busca cumplirse en más carne. Regocijarse, colmarse con la carne
de otro hasta llenarse con su aliento. Tanto, que te das asco a ti mismo. Y
vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
Hay días en que uno cree vivir en el mundo al revés. Son
esos días en los que saltas de gozo, te sientes feliz, te miras al espejo y te
quieres por ser como eres. Y vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en los que el amor de tu mujer te llena tanto
que compartes tu esencia de hombre abrazando a otro hombre. Y vuelves a
preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en los que aceptas y bendices tu plenitud de
hombre cuando te llega la sonrisa del amigo, una palabra de interés o el agrado
de su mirada. Y vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en los que reconoces que habita en ti la
sexualidad más sagrada, la que se vive sin ataduras, solo con tus inquietudes y
ganas. Y vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
Son esos días en los que te basta con tener la certeza de
que te acompañan en el camino buenos y sinceros amigos, cómplices de tanta
complacencia en lo Íntimo. Y vuelves a preguntarte ¿por qué a mí?
En realidad, en unos y otros días, constantemente, vivimos
en el mundo al revés, pues no es el mundo que se adecua a la forma en el que lo
enderezan la mayoría de los mortales. Aunque yo creo con firmeza que los que
viven en el mundo al revés son los otros al querer imponer sus retorcidos y
malolientes pensamientos a todos aquellos que nos sentimos libres por ser como
somos.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
Es muy complicado.
ResponderEliminarSiendo como es tan importante el sentimiento que tienes por tu pareja, es inevitable que dar salida a "esa otra parte" de tu sexualidad lo entiendas como un engaño o una traición a su amor y a su confianza. Por mucho que el mundo alrededor tuyo se te ponga del derecho o del revés según tu punto de vista, en última instancia eres solamente tú quien tiene que encontrar la forma de llevar y entender esa situación de la mejor manera posible, esa en la que te sientas bien contigo mismo y con tu manera de hacer las cosas.
Comparto totalmente lo que me dices, falta encontrar la forma de equilibrar mi mente. Afortunadamente cada vez son menos largos los periodos de desasosiego, pienso que es porque me voy aceptando. Pero, están ahí, pugnan por salir, y cuando lo hacen duele.
EliminarNo es un "¿por qué a mí?", sino un "¿por qué no me di cuenta antes?", creo yo. Pero bueno, no hay que lamentarse por eso, tienes una mujer a la que quieres y eso es lo más importante.
ResponderEliminarPuede que tengas razón, es verdad que lamentándose no se consigue nada. Bueno, si!, se consigue una perdida de tiempo y sensaciones terrible. Estoy en ello, y se que lo voy a conseguir.
EliminarQuizá muchas veces nos dejamos llevar por lo que se supone o está aceptado que debamos hacer más que en cómo queremos vivir nuestras vidas, ahí ya depende de la fuerza de cada uno para poder compaginar deseos y sentimientos, sin que estos sean incompatibles entre sí. Buen descubrimiento tu blog. Un saludo.
ResponderEliminarBienvenido a este viaje. Agradezco tus palabras y que te haya agradado descubrir este mundo de sensaciones compartidas. Las fuerzas a veces son débiles cuando se les unen otros problemillas como el trabajo y el sufrimiento por amigos que creías, pues la vida te demuestra que no todos los que dicen serlo lo son. Me alegra encontrarte.
EliminarMe encanta tu blog ,por fin encuentro gente con la misma problemática mía.Estoy leyendo tus entradas poco a poco y me identifico con muchas cosas.gracias.
ResponderEliminarGracias amigo. Aunque te sientas solo, ya ves que no lo estás, que somos muchos en este viaje. Si quieres compartirlo con nosotros estamos a tu lado.
EliminarUn abrazo.
Como ya te han dicho querido amigo, tal vez no sea un porqué a mi? Si no porque no antes, esa es mi percepción porque no antes y la respuesta sea la educación heredada, la que nos han transmitido durante generaciones, porque si te preguntas que haría si hoy tuviese 20 años? Pasaría por lo mismo que estoy pasando? No lo creo, desde nuestra juventud hasta ahora la educación a cambiado bastante, aunque a mi parecer no lo suficiente para que la gente no tome la bisexualidad como si fuese algo vicioso, con los adelantos de hoy día no creo que llegásemos a tener este temor por lo que sentimos
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