Esta
mañana miraba desde la ventana los reflejos del sol sobre la tierra. Mis ojos se perdían
entre sus minúsculas motas de luz dejando volar mi pensamiento. En ese momento
he reparado en vuestros mensajes de ayer. Era como si los viese todos a la vez
para que los releyese de golpe, para darme cuenta de un detalle muy importante,
al que, curiosamente, no le había dado la importancia debida.
Muchos
de vosotros me habéis dado la enhorabuena al desprenderse de mis palabras en la entrada El azar
de un hombre casado, que he encontrado a un amigo especial. En parte es
cierto, pero en parte no lo es tanto, y como los que me seguís sabéis que me
gusta ser sincero, prefiero aclararlo.
Ese
amigo existe. Eso es bien cierto, pero está más bien en el aire. Digamos que
anda entre palabras, teclados y pantallas de ordenador. Hablamos sin prisas,
sin ansias por contestar el correo electrónico del otro, sabiendo que estamos
ahí, al otro lado de las palabras.
Nuestras
palabras son unas palabras sinceras y sencillas. Crean una sensación de
proximidad tan cercana, que hace que en estos momentos no tenga deseos de nada
más, y que por lo contrario cada vez tenga más ganas de acercarme a mi esposa.
He
de aclarar que decir amigo queda muy ambigüo, pues no solo hablo con un amigo,
también lo hago con otros con los que comparto sensaciones, momentos,
inquietudes y deseos. Vosotros. Todos, os habéis convertido en mis compañeros
de viaje. Imprescindibles en este camino que nos hace ascender altas cumbres,
caminar saboreando la belleza del paisaje o bajar hasta profundos barrancos,
afortunadamente estos son las menos de las veces. Estáis ahí y ese es mi azar,
el haberos encontrado. Vuestra cercanía me alienta, fortaleciendo mi interior. Por
eso accedí a una cita a ciegas, por probarme a mí mismo, pero con la seguridad
de que vuestra fuerza no me haría ir a más.
Ese
amigo existe en cada uno de los que me acompañáis en este maravilloso viaje de abrazos
y sueños. Sé que para muchos sonará falso y endeble, pero los que me conocéis sabéis
a que me refiero. Gracias por dejaros sentir.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
Gracias a ti por dejarnos viajar contigo y por compartir con nosotros tanta vivencia.
ResponderEliminar¡Qué bonita suena esa palabra, AMIGO, así en masculino! Una amistad sincera entre varones puede alcanzar unas cotas de nobleza, entrega, altruismo y camaradería como yo nunca he experimentado en otros casos. Por eso mis verdaderos (poquísimos) amigos son hombres. Como yo.
¡Salud a todos!
La aclaración no era necesaria, amigo mío, lo que tengas en tu vida que te haga sentir bien contigo mismo y con tu forma de entender las cosas siempre es bienvenido, sea un amigo más o menos virtual, los intercambios en la blogosfera o cualquier cosa que se te pueda ocurrir. Lo importante es eso, la paz interior, minimizar la ansiedad y sentirte feliz con la realidad que has elegido vivir.
ResponderEliminarComo siempre, un abrazo...
Un amigo es aquel en el que puedes confiar, deshiniberte, ser tú mismo sin miedo a ser juzgado. A veces, escribir con tanta facilidad mostrando todo nuestro interior sin tener a esa persona delante, es mucho más fácil, o al menos para mí. Por eso me gusta tanto soltar mi interior a través de blogs, chats, etc. Cierto que me he llevado muchos desengaños y he vivido momentos muy bonitos y muy dulces y muy empalagosos que después de habernos llevado a la cama, todo se ha desvanecido, todo ha desaparecido. Entonces te das cuenta que la gente es amable, encantadora solo por el hecho de conseguir apuntarse otro más en su lista extensa de conquistas y esa persona tan encantadora ya ha desaparecido pues debe de emplear su tiempo en búsqueda y captura del siguiente candidato a apuntar en esa lista. Aquí, todo los que paseamos por tu espacio, buscamos algo más sincero, más fuerte, más intenso que no se se esfuma después de un polvo, cita o encuentro. Está bien que si te pasa algo que quiera compartir, puedas tener con quien hacerlo. Como cuando éramos jóvenes que cuando habíamos conseguido que la chica nos hiciera caso o conseguíamos el beso, íbamos corriendo a contarle a tu amigo que lo habías conseguido, compartir esa felicidad con alguien. Sea virtual o sea en persona, lo importante es lo bien acompañado que nos podamos sentir. Hay días, como muchos de vosotros bien sabéis, nos sentimos muy solos y nos gustaría esa mano amiga, ese apoyo o ese golpecito en el hombro o, porque no, un abrazo donde apoyar tu cara sintiendo el calor humano de una "persona amiga" de las que ya poco quedan.
ResponderEliminarEnhorabuena por esa amistad y que dure en el tiempo. Para mí, es algo más que esencial y primordial. SAludos!