jueves, 23 de enero de 2014

El azar de un hombre casado




El anterior post no es una vivencia mía, sino una reflexión generada al mirar una foto que me llegó profundamente solo con su presencia. Me caló tanto, que sigo con su imagen en mi retina y el deseo de vivir esa secuencia. En mis pensamientos anida la sensación de que solo se puede dar si el azar nos sonríe. En mi caso sería el azar de un hombre casado. El azar de encontrar a un amigo con el que el feeling fluya, y uno se encuentre tremendamente a gusto compartiendo su tiempo, anhelos y deseos con él.

Hace unos meses conocí a un amigo especial. Creí que el azar me había sonreído, aunque la distancia sea mayor que la deseada. Y cada vez estoy más seguro, porque desde entonces se está cerrando la puerta de la búsqueda del azar, tanto que apenas queda un resquicio. Ya no me siento con ganas de buscar más. Lo que me parece curioso de esta situación, es que no tengo ansiedad por saber de él en el día a día. Hablamos cuando podemos, y nos basta. Simplemente sé que está ahí, como él sabe que yo estoy aquí.

Es curioso, pero como veis he perdido por el momento la ansiedad que produce el saber del otro. Incluso me planteé un reto está semana, conocer hasta cuanto puede importarme mi amigo. Pensé que sería como si me pellizcara para saber si estaba adormilado, o si este amigo me importaba. Así que no se me ocurrió otra cosa que tentarme a mí mismo quedando con alguien.

Veréis, llevaba hablando un tiempo con un conocido en un chat. Ante su insistencia, y mi estado de ánimo tan bajo, me decidí a tomar el martes un café con él para charlar, por saber que ocurriría. No había otro interés, o al menos en mí, os lo aseguro.

Quedamos en una zona de la ciudad. Él me dijo que ropa llevaría y el color de la misma, yo no le dije nada, solo que estaría dentro del coche aparcado allí. Le vi pasar por delante, vamos que por su descripción supuse que era él. Me quede sin sentir, como si no fuese la cosa conmigo. Reaccioné y pensé que era una canallada no decirle nada, así que mejor ser honesto. Al bajar del coche me di cuenta de que el hombre iba desorientado porque no le había dicho ni de que color era mi automóvil, así que miraba hacía un lado y otro en busca de alguien, qué evidentemente era yo.

Me acerque a él. Nos saludamos con un hola y le invite a subir al coche para ir a un lugar tranquilo para hablar. Así lo hicimos. Aparcamos en una zona despejada de miradas y hablamos de nuestras vivencias y sentimientos. A medida que seguía la conversación me preguntaba que hacía yo allí. No me decía nada su presencia. Al cabo de un rato le pregunte si le acompañaba a la parada del metro, y me dijo que sí. Un apretón de manos cerró la cita más insulsa de mi vida. 

De camino a casa pensaba en toda esta situación. Estaba claro qué el amor a mi mujer estaba por encima de otras consideraciones, pero también quedaba claro que a pesar de la distancia, he encontrado a un buen amigo que me mola y alienta. La verdad es que noté que desaparecía un gran peso de mí, que mi interior se aliviaba y volvía a resplandecer.

Como me gusta ser correcto le envíe un correo al conocido del chat, sin expresarle lo que sentí, porque no me parece justo despreciar a nadie. Pero parece ser que fui tan correcto que creyó leer otras palabras y me comunicó que fue agradable nuestra conversación, pero hasta ahí. No os podéis creer lo que me reí. Vamos que sin contemplaciones me estaban dando calabazas. A veces pienso que soy un gilipollas total, ¿por qué mirare tanto por los demás? Está visto que hay quien se quiere tanto que es incapaz de ver más allá de sus narices. Desde el primer momento estaba más que claro que aquella cita a ciegas no era otra cosa que una simple charla sin futuro.

Al menos ha servido para clarificar mi interior, dando valor a lo bueno que me ha dado la vida. En estos momentos estoy seguro de que con ese amigo podré gozar algún día de la complacencia deseada.


------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente


11 comentarios:

  1. No hay otra forma más hermosa de definir el azar....
    http://www.youtube.com/watch?v=-tusHbWzhbQ

    Es caprichoso el azar...

    ResponderEliminar
  2. Me encanta la imagen que has escogido para hoy, ¡que bonita!
    Sobre la experiencia que cuentas, pues sí, el resultado suele ser que aprendes a valorar mucho más lo que tienes. Según mi ( escasísima ) experiencia, has sido extremadamente atento con el otro protagonista de ese encuentro frustrado y me parece bien porque aunque te salgan por peteneras al final, siempre hay que tratar a las personas como esperaríamos que nos tratasen a nosotros, ¿verdad?
    Cuida el vínculo que tienes con ese amigo especial y nada... que me alegro de sentirte bien contigo mismo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre hay que tratar al otro con el mayor de los respetos, aún cuando él no lo haga. En ese caso lo siento por él, ya que la vida te la devuelve multiplicada. Luego oyes a algunos quejarse por situaciones o hechos que les suceden, no solo en este lado, y piensas que no es de extrañar. Antes de quejarse deberíamos analizar lo que hemos hecho, y entonces corregirlo, aunque solo sea mentalmente. Seguro que tu no eres de esos.

      Eliminar
  3. La foto del principio es preciosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al menos a mi me lo parece, y ya veo que os ha gustado a vosotros también, lo que se agradece.

      Eliminar
  4. Joder Germán, parece un escrito realizado por mí!! Haces y piensas igual que pienso yo. Y te voy a decir una cosa. Muchas veces me he llevado desilusiones con la gente por eso mismo, porque la gente va mirando por encima del hombro o con un ego que ni pa qué. Pero siempre tienes que ser tú y, sobretodo, esa educación y preocupación que tienes,, porque te hace ser auténtico, una gran persona, que es lo que nunca debes dejar de ser. A veces pienso que la búsqueda se acaba, que ya no encontraré a gente con quien compartir. Pero, aun sigo con la ilusión y, para que engañarte, aun sigo llevándome chascos con la sociedad. Pero algún día, el sol saldrá de verdad y no me arrepentiré de haber cerrado la puerta para siempre. Y si nunca pasa, no será porqué no lo he intentado.

    En algún comentario, no sé por dónde te preguntaba como podía saber tu dirección de correo, pues he sido incapaz de saber encontrarla a través del blog o o google+. Más que nada, para poder contactar contigo.
    Saludos y sigue así, siendo como eres y no cambies jamás.
    Por cierto, las citas a ciegas, tengo que reconocer que son muy excitantes hasta el momento en el que ya empiezas a charlar con tu cita. Son esos momentos que no olvidas nunca, por muchas cita que tengas, jejeje.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debemos ser honestos, pero primero con nosotros mismos. Solo así lo podremos ser con los demás. Mi mail es apoteosi248@gmail.com. Estaré encantado de poder conversar contigo de nuestras inquietudes.

      Eliminar
  5. Como los allegados de ese alguien que se ha hecho imprescindible pero que se encontraba enfermo, así nos has tenido estos últimos tiempos, en vilo, temiendo quedarnos huérfanos en la tormenta. Es reconfortante ver que recuperas el tono vitalista que siempre te ha caracterizado. Me alegro por ti, DE CORAZÓN.

    Salud a todos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son muy bonitas tus palabras. Reconforta saber que uno tiene buenos amigos por aquí, de los que se preocupan por tí.

      Eliminar

Gracias por compartir este viaje

SOLO PARA TUS OJOS

Para que nadie se quede sin vistas completas, y ante el comentario de Tony, estos momentos van por vosotros y en especial por el amigo itali...