Cuando los cuerpos de dos hombres se retuercen tumbados, se encuentran deseando sus troncos exultantes de vida.
Las bocas se abren en éxtasis, para degustar, paladear, saborear, lamer, tragar, absorber, para dar placer a la par que se recibe placer.
Es el tiempo de la entrega, del gozo al unísono de los dos, hasta que se exhala el almíbar que les une en la voluptuosidad del orgasmo.
Bocas llenas de la complacencia amada.
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Que maravillosa interpretación de un 69 entre dos machos que hierven.... ó también podría ser para un 669 entre 3 machos, ó más.... Finalmente no pude contener el morbo que me produjo el relato y tuve que exhalar, en solitario, el almíbar que tenía en mi interior...
ResponderEliminarPuede ser lo que uno este dispuesto a disfrutar y veo que tienes ganas de disfrutar plenamente. Genial amigo. Un abrazo
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