Este jueves se ha dado la primera luna llena del año. En el momento que se colmaba este mediodía, me acerque al encuentro de mi amigo el mar por sentir su energía sanadora.
El sol acariciaba cálidamente. Un hombre tomaba el sol desnudo, unos metros más allá una pareja charlaba sentados sobre la arena. El descubría toda su piel, ella se tapaba de la brisa. Pasé cerca con la mirada absorta en el leve fluir de las olas.
Extendí mi mano para acariciarlo, para sanar mi alma en silencio con su espuma blanca. No quiero tener más miedo de mi realidad, aunque haya de batallar contra los obstáculos y destruirlos. Quiero que la magia despierte en mi interior y pueda reencontrarme con mis ganas de vivir. Llegado aquí, he de aclarar que no me refiero al plano sexual que está más que aceptado.
En un susurro de agua el mar me dio la fuerza del guerrero para que cuando me digan te quiero se llene de amor mi esencia.
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