Relajado, con el agua aun resbalando entre los vellos de mi piel, me dejo llevar por las sensaciones de este domingo apetecible, soleado y gustoso.
Sentado en el borde de la bañera miro por la ventana un paisaje rabioso de verde. Dejo que mi mente se vaya vaciando del tiempo de los demás para llenarse de mi tiempo, de mis sensaciones, de mis emociones.
Me envuelve el aroma del incienso, el fresco olor del jabón, el olor a limpio que me llena hasta embriagarme. En la mañana, ¡soy!
Este domingo una sonrisa dibuja ya mi rostro.
Levi Conely |
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