Un amigo ha subido a su página de una red social
esta estupenda fotografía. Los comentarios se han producido en cascada. Sin duda fruto del deseo de muchos por vivir, gozar, sentir en la piel un momento así. ¡Vamos!, que las piscinas dan mucho
juego si se comparten con alguien deseado.
A mi me pasó lo mismo, me provocó deseo y ganas,
pero también confusión al recordar una proposición que me llegó al publicar en este blog
la entrada de Juegos en el agua.
Por lo visto aquella entrada provocó sensaciones de placer en
muchos de vosotros, entre ellos un buen amigo que me invitó a compartir su piscina para
gozar juntos con las pasiones que describía. Es decir, sentir un momento tan pleno como
el de la fotografía.
Reconozco que fue muy tentador. Pero como mi
realidad actual está por complacerse con mi relación de pareja, decline su
invitación. Si he de ser sincero, una parte de mi pedía que aceptara. La misma
que me dice una y otra vez que debía haber gozado del agua con él. Pero entonces actúa mi
otra parte para decirme que hice lo correcto. Dudas, miedos, ganas,
inquietudes, respeto…
Así es la vida de un casado bisexual, siempre
girando entre la incertidumbre, el deseo, la turbación o el temor.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
Como siempre, subscribo todo lo que escribes, es como si yo mismo escribiera, lo que pienso, lo que deseo, y lo que hace que digamos no. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jon por tus palabras. Hay momentos que cuesta, pero ahí estamos con fuerza. Otro abrazo para ti.
EliminarLa mayoría de veces que se nos presenta una cita, algunos tenemos esa lucha interior que nos describes, no siempre el resultado es el mismo que el tuyo, todo depende del estado de ánimo que tengamos y el individuo en cuestión, pero como dice Jon, tus palabras son nuestros pensamientos.
ResponderEliminarEstoy contigo y con Jon, el resultado es fruto de las circunstancias, y habrá un día en que no pueda decir no.
EliminarLo mismo que te acabo de comentar en otro post, es la eterna lucha interior entre el corazón y la cabeza.
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