Mis manos mueven un timón traído por la deriva de las olas. Desgastado por el agua aparece de repente en la orilla de mi vida.
Va y viene según el alma resuene. Estos días ha vuelto, con desánimo y aplanamiento, pesado y desganado. Me importuna la soledad, la apatía de un tiempo sin más.
Estas horas están siendo difíciles de navegar. Mañana encontraré el rumbo apropiado, el viento a favor, volveré a apropiarme de mi vida, de mis deseos y miradas.
¡Mañana!, siempre existe un mañana.
No te desanimes amigo !! En esta travesía tú eres el capitán. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por estar amigo. Vamos retomando el rumbo. Un abrazo.
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