El placer se da de muchas formas y se ofrece en otras muchas más. No os preocupéis, no pretendo confundiros, ni convertiros en voyeurs. Es más, no lo soy. Me parece formidable que haya gente que le guste mirar como los otros gozan del placer, pero a mí me gusta disfrutar de la piel del otro, de mi piel. Aunque cuando uno está solo se hace agradable mirar aquello que nos deleita, incluso hasta erizarnos la piel.
Entonces se hace preciso apacentar nuestros sabores con un hombre
cumplido en masculinidad. Encandila acariciar sus vellos enredándose en ellos,
presionar sus pezones, o deslizar la mano hacia el ombligo para perderse en sus
genitales. Sentir como crece en tu mano su pene al igual que crecen sus
gemidos. Hacerlo tuyo para que llene tu piel de sus sentidos.
El placer de
mirar alegra el momento. ¡Disfrútalo!
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
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Totalmente de acuerdo, mejor sentir que mirar. Aunque mirar de vez en cuando tampoco hace daño a nadie... ;)
ResponderEliminarEl sentir el roce de la piel, con la piel de otro hombre es algo de lo más placentero, pero, quien no tiene el espejo como un buen aliado para momentos de soledad.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con vosotros, prefiero sentir el roce de la piel, a pesar de excitarme con mirar.
ResponderEliminarYo también comparto vuestra opinión. ¡Si es que todos los bucaneros que fondeamos las aguas de este blog tenemos al final una sensibilidad similar!
ResponderEliminarSalud a todos.
Es que tenemos 5 sentidos, aunque en un momento particular uno predomine, y claro nadie niega que el contacto físico, el tacto es mucho más real, ... pero de acuerdo con Germán, mirar fotos como estas o como las publicadas en otros momentos en que se puede disfrutar de las delicias de un cuerpo masculino y pensar en que lo tenemos con nosotros, pero que me dicen del placer que produce el olor del semen recién brotado de un pene excitado, nuestro o de otro, y el sabor de una piel suave de mujer o firme de un hombre y oir palabras, gemidos, uhmm el placer es infinito, precisamente eso es lo que se logra con nuestra condición de bisexuales, no ponemos fronteras
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