jueves, 3 de octubre de 2013

Abrazo de piel




Uno de los seguidores del blog me ha hecho llegar esta mañana tan hermosa fotografía, y digo hermosa por lo hermoso del momento. Sin duda, hay imágenes que nos hablan para contarnos su historia. Esta lo ha hecho para deleite mío, adentrándome en el roce de sus pieles. No se si os habrá contado a vosotros la misma historia, tal vez sea diferente, pero sé que en el fondo es apasionada y limpia. Porque desde el afecto del amigo todo se envuelve en el respeto más absoluto.

Dijo que su primer encuentro fue con olor a mar. Me contó que hablaron durante horas mirando su azul desde la atalaya, contándose la incertidumbre, la desazón, pero también las ganas que les causa amar a una mujer y la necesidad de abrazar a un hombre.

Por un segundo parecía que uno hablaba al otro palpitante, con la cara libre. Y le decía: Antes de despedirnos te pedí un abrazo y me dijiste que lo estabas deseando. Nos fundimos en un solo hombre y los labios se acariciaron.

Era tu primer abrazo de hombre, y al oído me hablaste para decirme que ahora necesitabas un abrazo de piel. Tu mano bajo hasta la cremallera para deslizarla en mi hombría. Fueron segundos que me consumieron de ganas. Pero, sabíamos que no era el momento, ni el sitio, por lo que decidimos dejarlo para vivirlo con tiempo. Antes de despedirme tus dedos besaron lo vellos de mi brazo para decirme que así querías sentir mi piel.

Aquel día nos encontramos en la habitación de un hotel. Me esperabas desnudo para sentir cuanto antes mi cuerpo pegado al tuyo. La ropa me abandonó con ansía. Tus manos la sacaron de mí con hambre aprendida. Llegó el abrazo de piel. Tu piel coqueteando con la mía, la mía mimando la tuya. Piel con piel recorriendo los senderos del placer, abandonándonos a sentirnos, a gozarnos.

Sobre la cama me pediste abrazarme por detrás, dejando en el cuello tu beso, tomando mi virilidad en tu mano para sentirme en plenitud. Decías al oído que estabas encantado por sentir piel con piel, por encontrar ansiadas respuestas a la desazón de una pregunta. Aquella mañana encendimos nuestra pasión con la llama del deseo.

Al relatarme su historia un escalofrío de esperanza, anhelo y avidez ha recorrido mi cuerpo, deseando algún día vivir un momento tan hermoso.

Puede que algún día llegue, quizás más pronto de lo que piense. Entre tanto venga, o si no lo hace, seguiré escuchando las historias que me cuenten aquellas imágenes que captaron momentos de vida desde la sagaz mirada de una cámara.



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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente

11 comentarios:

  1. Qué relato tan bonito. A mí lo que más me gusta es un buen abrazo. Dormir junto a alguien mientras me abraza por detrás es una sensación muy placentera para mí (o lo mismo pero siendo yo el que abraza).

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    1. Gracias Driver, mmm.... me gusta abrazar por detrás, pero como tu dices sea quien abrace siempre es una maravillosa sensación.

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  2. Bonita historia, también me gustaría sentir un abrazo de piel.

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    1. Gracias Aurelio. Los abrazos de piel son sublimes. Sentir el cuerpo de otro/a pegado a ti, complaciéndose con tu piel, recorriendo tus caminos para compartir bellos momentos. En el caso de un hombre, con ese abrazo sentimos su masculinidad pegada a nuestra piel, y la nuestra a la suya. ¡Genial!

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  3. Coincido con Driver y Aurelio: me ha gustado mucho el relato. Me quedo con dos pasajes de esta historia. Uno es la frase "las ganas que les causa amar a una mujer y la necesidad de abrazar a un hombre". Ése es también mi conflicto no resuelto. De ahí que también haga mía la otra frase que me he llegado muy dentro: "encontrar ansiadas respuestas a la desazón de una pregunta". Yo aún no las he encontrado. Mi conflicto surge de la pregunta, y mi incapacidad para encontrarle respuestas hace que aquél me desgarre aún más. Salud a todos.

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    1. Gracias Sagan. Al ser casados y bisexuales se entabla una batalla interior que solo puede tener un ganador, tú. Las respuestas se encuentran, tal vez no cuando las precisemos con ansia, pero se encuentran en el momento en que deben llegar. Aquí te ayudaremos a encontrarlas para que no sigas degarrándote. Mucha fuerza en la búsqueda.

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    2. Soy impaciente por naturaleza y me gustaría que ese momento llegara pronto. Habrá que ser paciente, como sabiamente recomiendas. Gracias por tus palabras. Sólo saber que estáis todos ahí para compartir estas intimidades ya es un alivio. Salud a todos.

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  4. Bonito relato.... el abrazo de otro hombre es como más fuerte, más protector. Al de la mujer, eres tú quien das el abrazo fuerte, el que da protección. Cada abrazo en su debido momento, verdad??

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    1. Gracias Mibioespacio, así lo veo también, aunque con un hombre se pueden dar los dos aspectos de los que hablaba Drive cuando tú puedes recibirlo pero también darlo. Por ello, es bien cierto lo que dices de que cada abrazo tiene su momento. El instante nos lo hará ver, y nosotros solo nos tendremos que dejar llevar.

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  5. El abrazo, el beso, la caricia, el sexo en sí es diferente, para la mujer somos fuerza, guía, ... para el hombre somos "iguales" y eso también es placer

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Gracias por compartir este viaje

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