Fascinante la mirada de este hombre dando placer a su amante. La veo clara, inquiriente a la vez que complaciente, llena de deseo. Es como si se hubiese parado el tiempo para hacer de su cuerpo un alma.
A simple vista parece una mirada concupiscente
dadora de placer para goce de ambos, pero mirando su mirar se aprecia ternura,
agrado por el momento, pasión por el juego de sabores y piel. Es como si le
dijese, en el silencio de gemidos y suspiros, quiero agradarte, servirte,
entregarme a ti para llevarte al placer más sublime.
Así, entre su boca se pierden los redondos
placeres del querido, ansiado deleite. Con ganas, le come con la vista,
mientras su lengua lame en mojados círculos las entrañas de la vida.
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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
Realmente impactante. El tío es guapo con ganas. Su mirada en efecto es limpia, varonilmente sincera, entregada, pendiente de complacer a su compañero.
ResponderEliminarYo quiero aprender a ser ese hombre, el que está dando placer (no el otro) a su amigo, a su otro ser, porque de no darse esa comunión entre ambos,la foto solo reflejaría sexo frío y salvaje. Y yo también veo en esa mirada mucho más...
Me ha excitado mucho.
No hacen falta palabras
ResponderEliminarEl día que encuentre esa mirada me voy a dar por satisfecho, a sabiendas de que es muy peligrosa.
ResponderEliminarTal vez esa mirada esté más cerca de lo que podéis imaginar.
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