Hace unos pocos días me quedé horrorizado cuando leí un correo electrónico que me envió uno de los nuestros desde América del Sur. Le contesté lo más rápidamente posible ofreciéndole todo mi apoyo y cariño. Omito el país de origen para que no se sienta incómodo.
Todo comenzó cuando este amigo entró, según sus mismas palabras, en una página de citas de hombres, buscando ese amigo cómplice con el que todos soñamos para encontrarnos con nosotros mismos, y se topó con un ciberdelincuente.
Mejor trasladar sus palabras para entender en primera persona lo que vivió: La verdad no buscaba sexo, pero sí a un amigo en quien confiar. Así fue como caí en el engaño. Me dejé llevar y compartir una foto algo íntima. Unos días después recibí un mensaje a mi cuenta de mensajes en el teléfono, con una amenaza de extorsión. Pedían un monto de dinero o de lo contrario le enviarían las fotos a mi esposa y la publicarían en las redes sociales. Yo un hombre maduro, de más de 50 años, como un niño asustado, accedí y empecé a pagar. Hoy después de un tiempo ya no puedo más. Decidí no responder más, pero con la angustia diaria de lo que puede pasar.
Entiendo su angustia y desasosiego, a mí me pasaría lo mismo. Sin duda estos son los riesgos que tienen las relaciones por internet, el caer en las manos de un desaprensivo que solo busca el chantaje y la extorsión, aprovechándose de nuestras inseguridades y miedos. Este amigo me pedía que escribiese de lo sucedido en el blog como aviso a otros amigos para que no cometiesen los mismos errores. Sé que es muy fácil decirlo desde un país como España, donde es un delito penado con cárcel, pero creo que hay que denunciarlo a la policía, aunque se rían de nosotros y nos llamen con mil palabras malsonantes que inciden en la homofobia.
En realidad, estos sucesos nos recuerdan que no debemos bajar la guardia en nuestras relaciones sexuales cibernéticas o simplemente en mostrarnos en desnudez llevados por el morbo de un halago o de una posible relación. En mi caso no envío fotografías de mi rostro ni de mi polla intentando preservar mi anonimato, por ello he recibido insultos, incluso me han llamado calientapollas. Y sí, reconozco que por unos segundos he dudado en enviar fotografías mías ante tanta presión, aunque ha prevalecido la sensatez en el último segundo y no lo he hecho por el mismo miedo de ser un hombre casado. Así he perdido a gente que yo creía amiga, entendí que en el fondo solo buscan relaciones sexuales por internet por sus propios miedos. Les comprendo aunque no lo comparta y me doliera perderlos.
No soy quién para aconsejar lo que debe hacer cada uno, a mí no me gusta el sexo por internet, aunque en los inicios lo mantuve ante mi incapacidad de tenerlo físicamente. Lo pasé tan mal, tan lleno de remordimientos, que por ello me niego a tenerlo desde hace años. Si tenéis sexo cibernético, nada de mostrar el rostro estando desnudo, mejor cortar la comunicación, y restablecerla sin mostrar la cara, como tampoco enviar una foto desnudo en la que se nos vea en la totalidad.
Las redes en sí no son malas, pero sí lo son algunos sinvergüenzas que con buenas palabras consiguen que nos relajemos y nos abramos a la intimidad, aprovechándose para hacernos daño. En chats he encontrado gente sensacional que después de diez años son aún buenos amigos. En todo este tiempo he encontrado a muchos aliados, hombres cómplices que me ayudan a vivir desde la aceptación, tantos que ni se pueden contar con las dos manos. Existen, son nuestro reflejo, lo malo es que nuestros prejuicios, miedos, angustias, no nos dejan muchas veces encontrar a la persona adecuada.
Sed cautos siempre, no confiéis de entrada en nadie, incluso cuando tengáis sexo en vivo. Grabarse es morboso, también delicado si el otro lo usa en nuestra contra o simplemente lo sube a las redes sociales o páginas web porque a él no le importa que se le reconozca. En estos casos echo de menos la propia honestidad, respeto hacia los demás y responsabilidad del otro, incluso cuando no había cámara en los móviles y nadie podía grabarte en un descuido.
Amigo, estamos aquí para cuando nos necesites. Toda nuestra solidaridad. Un fuerte abrazo.
Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente.
Triste realidad. El chantaje ha existido desde siempre. Gente que se aprovecha de la intimidad y secretos del otro. Las relaciones homoeroticas no podian ser menos desgraciadamente, sobre todo cuando se tiene una familia o un trabajo a proteger.
ResponderEliminarLas nuevas tecnologias son maravillosas pero con ellas, como en todo, el ser humano puede ser terrible.
Me gusta el ciberespacio pero añoro los tiempos en los que podias ir a lugares de ligue sin miedo a ser filmado.
Un abrazo.
No puedo estar más de acuerdo contigo. Un abrazo amigo, con mucho retrasoooo pero sincero. Acabo de descubrir que tu comentario estaba en spam.
EliminarQue joven tan guapo mientras hace un selfie. Seria bueno ver mas de ese cuerpo velludo. Feliz Navidad a te y todos tus seguidores? Tony Italian.
ResponderEliminarTienes mucha razón, pero es una foto de internet y es lo que hay. Saludos.
EliminarSabe mal leer que estas historias siguen existiendo. Un abrazo y ánimos para tu amigo
ResponderEliminarMuy doloroso amigo. Seguro que recibe tu cariño, es viajero de este blog. Un abrazo.
EliminarPerro, perdon, es tu mensaje ara mi, no comprendo. Tony Italian.
ResponderEliminarTony, el mensaje de Perro no es para ti, es un mensaje de solidaridad con el amigo que sufre extorsión. Un abrazo.
EliminarGracias por compartir y alertarnos. El placer y morbo nos lleva a relajar las barreras, como lo ocurrido en este terrible caso. Ojalá ese delincuente deje de amenazar y sino denunciar, cueste lo q cueste... Un abrazo a cada uno. Siempre es grato volver a este blog..
ResponderEliminarLamentablemente sigue amenazando. Lo hermoso es que nuestros comentarios han llegado al amigo y se siente mejor. Un abrazo amigo.
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