Desde la terraza veo como marzo se va sin tiempo para la nostalgia. La tragedia crece en la colectividad sumiendo nuestras mentes en el caos. Pandemia, guerra, inflación… hay que coger fuerzas desde lo más profundo para estar y ser. No es fácil, pero hay que hacerlo si queremos seguir estando presentes.
Para mi está siendo un mes de apertura, de sorber el aire unas veces frío, otros días húmedo, poco soleado en general, pero siempre tomando realidades. Realidad de quien soy y a donde quiero ir, sin obsesiones, desazones, penas u otros prejuicios.
Hoy encuentro la vida en mi gente, en la conocida y en la virtual, en un saludo y en un adiós, en un café, un libro o un viaje. ¿Hasta cuándo va a durar esta delicia? Lo ignoro. Solo puedo decir que seguiré buscando los días buenos, sean los que me lleven hasta un amigo o los que me conduzcan a otras realidades.
Sigo evolucionando dejando cada día más puertas abiertas.
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Si te mantienes positivo, esos días pueden durar lo que tu quieras (al menos eso pienso yo) y de vez en cuando también conviene cerrar alguna puerta.
ResponderEliminarSaludos y abrazos de piel
Estoy en un buen momento, aprovechando cada instante de placer, de ahí el post, incitando para en estos momentos de incertidumbre aprovechar todo lo maravilloso que nos ofrece la vida
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