viernes, 28 de agosto de 2020

Verano para reprogramarse


Nunca imagine vivir un verano de tanta soledad y encierro. Hasta ahora los veranos eran estar rodeado de familia y amigos con multitud de reuniones, risas, chapuzones, viajes y mucha fiesta. Y este, se preveía mucho más festivo y bullicioso que anteriores, con maravillosos viajes, celebraciones ancestrales y abundantes reuniones gastronómicas.


Pero llegó el coronavirus cambiando mi verano del 2020 llenándolo de miedo, respeto y precaución.  Hasta que lo he reconvertido en un tiempo de reflexión y reprogramación interior. Con su forzoso parón me ha obligado a ser, a descubrir mi verdadera realidad. Hay que prepararse para nuevos tiempos, reconectarse con la naturaleza, encontrar nuestro camino especial, ser todos y uno a la vez.

No está siendo fácil. En ocasiones las bondades de la vida se descubren tras un tiempo de travesía por el vacío ¡Cuánto daría por tener a mi mujer a mi lado! Juntos hubiésemos caminado mejor, o al menos eso pensaba. Cierto, que estamos lejos en kilómetros, pero es una distancia que puede recorrerse en media jornada, aunque los tiempos no están para gastar en cada viaje tanto dinero con la prueba PCR y costos al ponerse en ruta. En estos momentos es persona de cierto riesgo, de ahí las precisas pruebas. En vez de quejarnos, hemos decidido agradecer esta oportunidad de poner en valor nuestro interior desde la soledad, el que nos hace únicos e irrepetibles, seres perfectos desde la imperfección de nuestros pensamientos.

Todos los días hablamos de nuestros cambios, de nuestros proyectos, de nosotros. El teléfono nos acerca para conversar, el corazón nos mantiene unidos por el hilo rojo del amor.

Hemos de vivir para ser, no para servir a los dictados de la sociedad. Cuidaros ante los nuevos brotes, el planeta Tierra nos necesita.

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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente

4 comentarios:

  1. Amigo German:
    Una cosa, quizas una leccion que he aprendido de esta pandemia es que hay que vivirla, aun gozar. Hay que salir para que la cabeza, los ojos cambien de ambiente. Una necesidad si no se quiere enloquecer. Domingo pasado tuve la oportunidad de cenar con mi hermano y cunada. Viven a 5 millas de mi en la vieja casa. Una distancia mas psicologica que geografica. Fuimos a un restaurante griego-italiano. Una hora placentera y de buen tiempo.
    Ahora. La foto del joven con su bellas nalgas y seguramente aun mejor fronteza es un buen festin a los ojos para esos pobres que no pueden salir.
    Gracias como siempre de tu temas que pones en buena prospectiva.
    Saludos con abrazos, besos y caricias.
    Tonyitalian

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    1. Hace tiempo que creo que hay que vivir el presente, así os lo he hecho ver en muchos de mis escritos, y ese presente pasa por vivir. El que no esté junto a mi mujer no quiere decir que me quede en casa. Tengo a mi familia y amigos con los que quedo todas las semanas, con la familia todos los días. Me alegro que tú también salgas con los tuyos. Hay que tener respeto al virus, no miedo. Gracias por viajar conmigo. Un abrazo Tony.

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  2. Un abrazo German y a todos desde México, si estás vivo, con salud, techo y comida, da gracias a dios y agradece bendiciones, son tiempos para sacar nuestra fortaleza y no olvides decirles te amo a los tuyos y si no se puede en persona cualquier medio para transmitir y compartir sentimientos, cuidense. Con aprecio, todos similares y con ganas de seguir viviendo intensamente ;)

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    1. Un abrazo amigo, cuídate tú también que son tiempos no tan buenos.

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Gracias por compartir este viaje

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