Esta mañana
estaba en una conversación entre amigos, y uno de ellos le ha dicho a otro que
se estaba quejando de una mala racha, pero ¿tú que le pides a la vida? Aquel le
ha respondido que una buena vida, con mucho dinero, placeres y por supuesto
tener salud. Yo, me he quedado en silencio. ¡Pensando! ¡Repensado! Aunque la
verdad había muy poco que pensar, pues a la vida no le pido nada, ella sabe muy
bien en cada momento que es lo mejor. Lo que ocurre es que nuestra paciencia es
muy limitada y lo queremos ya, sin pensar si nuestros deseos son lo que queremos
realmente o son la ilusión de un momento, si son lo mejor para nosotros o son
el placer de un instante que luego se torna en preocupación y desasosiego.
No es que yo
sea muy perspicaz y haya llegado a esta conclusión invariablemente. Los años,
la experiencia de vida es lo que me ha hecho llegar hasta esta determinación. Es
fácil comprobar que si estoy en positivo, la vida me trae los mejores regalos de
los que dispone como la alegría, la felicidad, el bienestar, el amor y tantos
otros que no me caben en las páginas de este blog. Pero cuando estoy en
negativo o voy con demasiada prisa, la vida me trae preocupación, desanimo, miedo,
desconfianza… con una lista tan extensa como la otra. Parecen sentimientos y
situaciones encontradas, pero son el reflejo de una misma existencia. En
nuestra mano está ser o no ser, y yo elijo ser.
Por ello doy
gracias a la vida por crearme como soy, con mis sueños y mis realizaciones, con
mis amores y desamores, con mis apetencias y desganas. Tarde años en encontrar
sentido a mi dualidad de hombre casado, pero cuando la acepte desde la
positividad, la sonrisa marco de nuevo mi rostro.
Después de estas
palabras la pregunta que os voy a hacer suena a sonora tontería, pero como no
me resisto a no hacerla, ahí va: ¿Y vosotros? ¿Qué le pedís a la vida?
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Molt bona reflexio, no hay que agobiarse , las cosas van y bienen , y hay que quedarse con las buenas experiencias, y como decia alguien, no es mas rico el que mas tiene ,sino el que se conforma con lo que tiene,y se enriquece con las experiencias de la vida,y esta pone a cada cual en su sitio.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Bonitas palabras amigo. La vida nos pertenece en la medida que es nuestra, así que hay que vivirla según se quiera o se pueda.
EliminarUn abrazo.
Pues yo le pido bien "poquito": felicidad.
ResponderEliminarY desde que soy consecuente con lo que siento y con lo que soy, cada vez la disfruto más.
Este enero deje mi dualidad de hombre casado para vivir plenamente mi faceta homosexual. Ya no podía compaginar por más tiempo mis dos caras, ni podía, ni me dejaban. De hecho nunca me dejaron compaginarlas, pero ahí estaba yo, haciendo encajes de bolillos entre lo que quiero, lo que debo y lo que puedo, mintiendo, engañando. Era feliz entonces? No, claro que no. Bueno, a ratos. Los hombres tenemos la virtud de poder hacer solo una cosa a la vez y cuando te centras en una sola cosa puedes ser feliz en ello. Pero luego ves que tmb necesitas aquello otro para ser feliz, que no puedes prescindir de ello durante mucho tiempo. Y ahí es donde se difuminaba la felicidad.
Ahora estoy viviendo mi otro yo, el que estaba oculto, y no echo en falta el anterior.
Vamos a decirlo todo: quizás sea porque la vida me ha sonreído y me ha hecho el mayor regalo que podia hacerme: somebody to love, and be loved in returne.
Pues siendo así, bienvenido sea el regalo y a disfrutar de esta felicidad real, no fingida, sin mentiras ni engaños que estoy viviendo ahora y aquí.
Gracias a la vida por darme lo que le pedía!
Y gracias a ti tmb, Germán, por tu blog y por este espacio donde tantas veces me he sentido reflejado.
Un fuerte abrazo a todos los viajantes.
Hotdardo 🎯
No sabes lo que me alegra que te hayas encontrado y que seas feliz. Cada uno tiene sus circunstancias, su forma de ser, y eso que nos hace únicos, también nos lleva a vivir como queramos y está claro que tu sitio ya no estaba en la dualidad de un hombre casado.
EliminarMucha fuerza para esta nueva etapa. Te deseo lo mejor, y como tu bien dices, a disfrutar de esta felicidad recién estrenada.
Gracias por compartir tus momentos de vida. Un abrazo grande y fuerte, lleno de felicidad.
A la vida solo le pido que me traiga lo que me tenga que traer y se lleve lo que se ha de llevar
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