El sol enciende esta tarde mis sombras. Enfoco en un
viaje que no tenía paradas, en sueños que no eran más que fantasías. Es mi tiempo, el de un hombre que busca entre
sus crepúsculos el abrazo de una piel.
No es la piel suave y dulce de una mujer que ya tiene, es la piel grave y con hebras de un hombre. Inquietudes y ganas que como dice mi amigo, cuando llegas a casa y ves a tu mujer desaparecen. ¡Si! se desvanecen detenidas por los guardianes de los deseos encerrados.
Por eso hoy decreto en este viaje de un hombre
casado vivir con plenitud desde mi libertad, desde mi dualidad, liberando mis
ilusiones y sueños, dejando las sombras encerradas en las mazmorras del miedo
para que fenezcan vencidas por las ganas de ser.
Esta tarde el sol enciende mis clandestinidades, mis
esperanzas
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tan certeras y justas tus palabras mi querido amigo german. Sds desde argentina.-
ResponderEliminarel deseo de abrazar una piel de otro hombre velludo y sudado es lo mas, nos llena de erotismo y sensualidad masculina.-
Hola amigo. La piel de un hombre tiene sabor distinto a la de la mujer, las dos nos llenan por igual, pero por eso mismo me gusta que la de un hombre tenga vello y sea más ruda. Un abrazo fuerte.
Eliminarlo mismo pienso soy heterocuriosocsdo de chile y me identifico con german
ResponderEliminarGracias amigo, me alegro de que compartas con nosotros este viaje.
EliminarEfectivamente, también existe una profunda sensualidad en el abrazo entre hombres. Para mi es una experiencia muy erótica por la firmeza del cuerpo que se tiene entre los brazos, el tacto de una piel recia y el olor más intenso. Es diferente a tener a una mujer, ni mejor ni peor, pero en todo caso me siento agradecido por ser capaz de disfrutarlo. Saludos a todos.
ResponderEliminarHola Antonio, no se puede decir mejor. Como tú, también me siento agradecido por disfrutarlo. Es un regalo de la vida, aunque haya momentos de dudas y decaimiento. Un abrazo.
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