No
me canso de decirlo, ¡sí al abrazo!. Maravilloso el poder de unión que guarda.
Dar un abrazo en silencio puede llegar a ser la mejor comunicación, el mejor
remedio, la solución a lo que nos inquieta. Al abrazar mostramos afecto, damos
amor, sentimos, respiramos el alma, la esencia de los otros. Ya veis, abrazar
es vivir. Apreciar que somos, que los demás son.
Desde
un punto científico y también emocional, se habla de los grandes beneficios que
provee a nuestra salud. Entonces, ¿porqué los proporcionamos con usura? ¿porqué
nos cuesta tanto darlos?. Una educación retrograda nos hace verlos con
distancia, incluso separarnos más de la cuenta en las pocas ocasiones que los
damos, no se vaya a pensar que hay otras intenciones. ¡Claro! Si hay hasta
quien te mira mal, como que te has pasado con tanta confianza. Con suerte, solo
conciben el abrazo en determinados momentos en los que hay sexo.
Hace
unos días tuve la suerte de dar unos cuantos abrazos en los que se me
transmitió y transmití mucho más que un simple rodear con los brazos. Algunos
fueron con gente que conocí unas horas antes, otros con desconocidos que en ese
momento se encontraban a mi lado. Tan solo uno de esos abrazos fue con un amigo
de espíritu, al que no veo todo lo que quisiera, pero que al vernos es como si
no hubiese pasado un solo día. He de reconocer que me llenan sus abrazos. Salí
de aquel lugar pletórico de sensaciones, lleno de energía positiva.
Volviendo
a casa pensaba en la importancia de abrazarse. En lo privilegiado que soy de
poder abrazar todos los días, de poder hacerlo desde la cercanía, cuerpo a
cuerpo, experimentando lo hermoso de estar pegado a otra persona, nutriéndome de
su piel, de su esencia.
Pocas
veces lo hacemos con los que nos rodean, aquellos a los que sentimos querer y
no lo expresamos nunca, o tal vez menos de las que deberíamos. Si fuésemos
conscientes que pudiese ser nuestro último abrazo seguro que los daríamos todos
los días. “Si supiera que esta fuera la
última vez que te vea salir por la puerta, te daría abrazos, un beso y te
llamaría de nuevo para darte más”. Gabriel García Márquez
Simplemente
abraza. Como lo hago yo en este otoño que comienza a enfriar el cielo plomizo.
Te doy mi abrazo sincero, pegado al cuerpo, profundo, silencioso, atemporal,
con la esencia de este compartido viaje.
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Hermosa reflexión.
ResponderEliminarComparto contigo la importancia y los beneficios de los abrazos sinceros.
Cuando abrazas te abres al otro para darle tu energía y tu calor y, al mismo tiempo, recibir los suyos.
Me despido con un abrazo sincero, cercano y cómplice.
Hotdardo
Muchas gracias. Un abrazo amigo.
EliminarUn abrazo es el cariño hecho caricia.
ResponderEliminarEn otra entrado ya lo dije, soy muy de tocar (sin mala intención) y abrazar, a mi mujer todos los días, a mi hijo casi todos y a mi hija en cuanto la veo, a los amigos cuando les veo, un abrazo para mi es darte por entero al otro, darle todo tu sentir, toda tu fuerza
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