viernes, 3 de noviembre de 2017

Abrazos de vida




No me canso de decirlo, ¡sí al abrazo!. Maravilloso el poder de unión que guarda. Dar un abrazo en silencio puede llegar a ser la mejor comunicación, el mejor remedio, la solución a lo que nos inquieta. Al abrazar mostramos afecto, damos amor, sentimos, respiramos el alma, la esencia de los otros. Ya veis, abrazar es vivir. Apreciar que somos, que los demás son.


Desde un punto científico y también emocional, se habla de los grandes beneficios que provee a nuestra salud. Entonces, ¿porqué los proporcionamos con usura? ¿porqué nos cuesta tanto darlos?. Una educación retrograda nos hace verlos con distancia, incluso separarnos más de la cuenta en las pocas ocasiones que los damos, no se vaya a pensar que hay otras intenciones. ¡Claro! Si hay hasta quien te mira mal, como que te has pasado con tanta confianza. Con suerte, solo conciben el abrazo en determinados momentos en los que hay sexo.

Hace unos días tuve la suerte de dar unos cuantos abrazos en los que se me transmitió y transmití mucho más que un simple rodear con los brazos. Algunos fueron con gente que conocí unas horas antes, otros con desconocidos que en ese momento se encontraban a mi lado. Tan solo uno de esos abrazos fue con un amigo de espíritu, al que no veo todo lo que quisiera, pero que al vernos es como si no hubiese pasado un solo día. He de reconocer que me llenan sus abrazos. Salí de aquel lugar pletórico de sensaciones, lleno de energía positiva.

Volviendo a casa pensaba en la importancia de abrazarse. En lo privilegiado que soy de poder abrazar todos los días, de poder hacerlo desde la cercanía, cuerpo a cuerpo, experimentando lo hermoso de estar pegado a otra persona, nutriéndome de su piel, de su esencia.

Pocas veces lo hacemos con los que nos rodean, aquellos a los que sentimos querer y no lo expresamos nunca, o tal vez menos de las que deberíamos. Si fuésemos conscientes que pudiese ser nuestro último abrazo seguro que los daríamos todos los días. “Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría abrazos, un beso y te llamaría de nuevo para darte más”. Gabriel García Márquez

Simplemente abraza. Como lo hago yo en este otoño que comienza a enfriar el cielo plomizo. Te doy mi abrazo sincero, pegado al cuerpo, profundo, silencioso, atemporal, con la esencia de este compartido viaje.


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4 comentarios:

  1. Hermosa reflexión.
    Comparto contigo la importancia y los beneficios de los abrazos sinceros.
    Cuando abrazas te abres al otro para darle tu energía y tu calor y, al mismo tiempo, recibir los suyos.
    Me despido con un abrazo sincero, cercano y cómplice.
    Hotdardo

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  2. Un abrazo es el cariño hecho caricia.

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  3. En otra entrado ya lo dije, soy muy de tocar (sin mala intención) y abrazar, a mi mujer todos los días, a mi hijo casi todos y a mi hija en cuanto la veo, a los amigos cuando les veo, un abrazo para mi es darte por entero al otro, darle todo tu sentir, toda tu fuerza

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Gracias por compartir este viaje

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