Aquella tarde de encuentros
llenos de deseos, tu ansiosa lengua derramaba húmedos placeres en el sonrosado glande.
Enhiesta, dura, sintiendo tu
cercanía tan pegada, imploraba que la abrazases con tus labios hasta rozar con
ellos los encontrados vellos.
La boca, traviesa, jugaba al
escondite, ocultando y descubriendo la deseada carne, hasta que se derramaba en
esencias de descubierto placer.
Anhelo aquellas tardes de juegos
de boca, de gemidos, suspiros y gritos cerrados en orgasmos llenos de vida. Tanto
tiempo hace de ello que hasta se me olvido jugar al escondite de los deseos más
húmedos.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
Yo tengo el recuerdo de una tarde que aunque corto fue el espacio, fue muy intenso con al que considero un gran amigo y aunque ya no hemos vuelto a coincidir, si nos hemos mantenido en contacto
ResponderEliminar