Entre mis gustos por la música no
entra el género de la copla, o al menos eso es lo que pensaba
yo. Digo esto porqué hace unos días en un programa de televisión que no tenía
más destino que pasar un rato junto a la familia, escuché hablar de la gran
Concha Piquer, paisana y una de las mejores voces españolas, de las primeras cantantes
que triunfaron en Nueva York. Sabía de ella por sus canciones, pero también porque
en Valencia hay un museo que la recuerda y famosos son sus baúles, por lo
abultado de su equipaje que incluía ajuar, alimentos y enseres de casa. Es muy
popular decir que llevas más equipaje que los baúles de la Piquer.
En el programa descubrí que Concha
Piquer no solo fue una grande entre las grandes de la canción con sus triunfos
en Estados Unidos, Argentina, Uruguay o España, sino que fue una mujer
valiente, resuelta, emprendedora y defensora de la libertad en una época que
lamentablemente no era lo que primaba en nuestro país. Una mujer que no se
arredo ante la censura que quería dar un toque muy empolvado a sus canciones
como cuando quiso que omitiese aquella palabra prohibida que era mancebía. Entre las canciones que se
interpretaron hubo una que me llegó muy dentro con su letra llena de desamores
y desgarros ahogados en sórdidos garitos de puerto con mucho alcohol, vamos,
que me marcó como un tatuaje. No podía ser de otra forma, pues
ese es el nombre de la canción, Tatuaje, que escribieron para la
Piquer salvando la censura a ritmo de tango y vals en el año 1941, Xandro
Valerio, Rafael de León y Manuel Quiroga. Una mezcla que la hace enormemente
atractiva y seductora.
Aquel día escuchándola me sentí
enormemente feliz al lado de mi mujer, pensando en la suerte que tuve al
encontrar su amor.
Hoy he recordado esta canción con
profundos sentimientos. Que hermoso es que desde tu libertad encuentres a
alguien que te ame libremente. Parece arduo encontrar ese amor verdadero y
correspondido, pero no es imposible si nace desde el corazón. Esta canción me
recuerda que es un equivoco dejar a la persona amada por vivir estados carnales
que en realidad no te son plenos, es como ir de puerto en puerto buscando en
encontrados cuerpos el desgarro producido por situaciones adversas, cuando a tu
lado anida la única persona que los calma con amor.
Aquella tarde noche de un sábado de
enero, sentí como en mi pecho quedaba tatuado un corazón con nombre de mujer.
Os dejo la letra de la canción
Tatuaje, llena de amor y desamor, de pasiones, recuerdos y mucha nostalgia
por lo perdido. Más abajo podréis encontrar un
enlace a la canción.
Tatuaje, 1941
Tatuaje, 1941
Él
vino en un barco, de nombre extranjero.
Lo encontré en el puerto un anochecer,
cuando el blanco faro sobre los veleros
su beso de plata dejaba caer.
Era hermoso y rubio como la cerveza,
el pecho tatuado con un corazón,
en su voz amarga, había la tristeza
doliente y cansada del acordeón.
Y ante dos copas de aguardiente
sobre el manchado mostrador,
él fue contándome entre dientes
la vieja historia de su amor:
Mira mi brazo tatuado
con este nombre de mujer,
es el recuerdo del pasado
que nunca más ha de volver.
Ella me quiso y me ha olvidado,
en cambio, yo, no la olvidé
y para siempre voy marcado
con este nombre de mujer.
Él se fue una tarde, con rumbo ignorado,
en el mismo barco que lo trajo a mí
pero entre mis labios, se dejó olvidado,
un beso de amante, que yo le pedí.
Errante lo busco por todos los puertos,
a los marineros pregunto por él,
y nadie me dice, si esta vivo o muerto
y sigo en mi duda buscándolo fiel.
Y voy sangrando lentamente
de mostrador en mostrador,
ante una copa de aguardiente
donde se ahoga mi dolor.
Escúchame marinero,
y dime que sabes de él,
era gallardo y altanero,
y era más rubio que la miel
Mira su nombre de extranjero
escrito aquí, sobre mi piel.
Si te lo encuentras marinero
dile que yo, muero por él.
Lo encontré en el puerto un anochecer,
cuando el blanco faro sobre los veleros
su beso de plata dejaba caer.
Era hermoso y rubio como la cerveza,
el pecho tatuado con un corazón,
en su voz amarga, había la tristeza
doliente y cansada del acordeón.
Y ante dos copas de aguardiente
sobre el manchado mostrador,
él fue contándome entre dientes
la vieja historia de su amor:
Mira mi brazo tatuado
con este nombre de mujer,
es el recuerdo del pasado
que nunca más ha de volver.
Ella me quiso y me ha olvidado,
en cambio, yo, no la olvidé
y para siempre voy marcado
con este nombre de mujer.
Él se fue una tarde, con rumbo ignorado,
en el mismo barco que lo trajo a mí
pero entre mis labios, se dejó olvidado,
un beso de amante, que yo le pedí.
Errante lo busco por todos los puertos,
a los marineros pregunto por él,
y nadie me dice, si esta vivo o muerto
y sigo en mi duda buscándolo fiel.
Y voy sangrando lentamente
de mostrador en mostrador,
ante una copa de aguardiente
donde se ahoga mi dolor.
Escúchame marinero,
y dime que sabes de él,
era gallardo y altanero,
y era más rubio que la miel
Mira su nombre de extranjero
escrito aquí, sobre mi piel.
Si te lo encuentras marinero
dile que yo, muero por él.
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Huy que cancionaza. Yo no soy muy coplero pero hay algunas de estas canciones que me encantan y que le llegan a uno dentro por esas historias de amores tremendos e incendiarios de las que hablan. La Piquer es muy grande ( y su baúl también, jajaja ) pero a ver que te parece esta versión a cargo de Martirio con un toque entre el jazz y el tango que a mi me suena muy bien:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=b8P_FJW3C20
¡Otro abrazo más!
Tatuaje a ritmo de jazz, sin palabras. Me ha gustado mucho.
EliminarLa Piquer llevaba baúles, en los que se llevaba hasta aceite, vajilla, manteles y sábanas. De ahí su gran número, pues se pasaba años sin volver por España.
Angelillo, habrá que tomarse esas dos copas de aguardiente un día de estos y conversar de nuestros tiempos, que como dice la canción a los buenos amigos nunca se les olvida.
Un abrazo.
Pues yo en la casa-museo de la Piquer entré una vez!
ResponderEliminarMás que nada porque está cerca de casa de mis padres (así ya te haces una idea por donde viven, Germán) y un día que pasamos por la puerta una amiga y yo, aburridetes, decidimos pasar la tarde ahí dentro y bueno, está curioso.
Saludos paisano!
Buena idea! Ya sé quien me va a enseñar el museo... jejeje. Reconozco que nunca he estado, también que me picó la curiosidad después de navegar en internet por leer sobre ella. Nadie le dió nada, se lo gano con una extraordinaria voz y una personalidad arrolladora y luchadora.
EliminarUna abrazo