Desde mi libertad te elijo a ti.
Quiero hundirme en tu piel, llenarme con tu olor a hembra. Tu esencia que es mi
vida.
Ahora sé que he estado errante
vagando entre pieles de hombre, buscando en ellos una grata palabra que
aligerase mi maltratado equipaje. Han sido tantas burlas, tantas vanas
palabras, tanto sin sentir que mi espalda se derramó hacía ti. Ya no me
bastaban tus caricias, tus besos eran como pasajeras alondras, tu mirada
espacios velados. Los otros, la gente sin sexo, se interpuso entre nosotros con
la maledicencia de una negra alma. Paralizado no veía más que el pálido confín
de lo oscuro , sin ver que la luz dormía a mi lado día tras día, noche tras
noche.
Las sombras me ofrendaron
graciosamente sus placeres para que no sintiese los tuyos. Solo nuestro
profundo amor, el mismo que nos unió aquel día de frío y fiesta, se mantuvo
sólido, alzándose al fin de lo más profundo del abismo para romper las
tenebrosidades de mi existencia.
Vuelve la suave música, el albor
clarea el horizonte derramando sus dulzuras. Fluye el amor de nuevo con fuerza.
Abrazados, la luz resbala por nuestros cuerpos inundando el invierno de nuestro
profundo amor.
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Eso es una declaración de amor y lo demás son tonterías, jeje.
ResponderEliminarSaludos.
Pablo G.
Se agradece Pablo. Un abrazo.
EliminarEstoy de acuerdo con Pablo, esto es una declaración de amor en toda regla. Imagino que ella no llegará a leer estas palabras y es una lástima porque aún en el caso de que le quedase alguna duda sobre tus sentimientos, con esto iban a desaparecer de una vez por todas. Me encanta sentirte tan enamorado, amigo mio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Graciasssss amigo. Espero que no lo pueda leer nunca, aunque nunca se sabe, que soy de esos que dice que nunca digas de este agua no beberé.
EliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo es que sientas amor por tu esposa, es mucho más que eso, es devoción, una devoción que nada en este mundo (creo) ni nadie va a cambiar
ResponderEliminarSaludos